Encuentran en el ADN las raíces de la depresión

Científicos identificaron 44 variantes genéticas que aumentan las probabilidades de padecer depresión, 30 de las cuales hasta ahora desconocidas.


Los elementos que determinan el riesgo de sufrir depresión se hallan también en el ADN más allá de las variables sociales y ambientales.

Científicos identificaron 44 variantes genéticas que aumentan las probabilidades de padecer depresión, 30 de las cuales hasta ahora desconocidas.

El descubrimiento, publicado en la revista Nature Genetics, fue hecho por 200 investigadores coordinado por Cathryn Lewis y Gerome Breen, del King's College de Londres.

El resultado, basado en el análisis del ADN de 500.000 individuos (135.000 con depresión y 344.000 sin ella), representa el más importante descubrimiento con base genética de esta enfermedad.

El estudio puede indicar incluso nuevos blancos para futuros fármacos.

Precedentes estudios realizados en gemelos evidenciaron que el 40% del riesgo de sufrir depresión era el resultado de factores genéticos, pero se necesitaban datos a más larga escala.

Ahora los han obtenido investigadores de la Asociación Genómica Psiquiátrica, que combinaron los análisis genéticos de más de 135.000 personas deprimidas, un muestreo suficientemente vasto como para hallar lazos entre el genoma y la enfermedad.

Además de las 44 variantes genéticas individualizadas, fueron identificados 153 genes significativos.

Los científicos descubrieron incluso que 6 variantes son comunes a la esquizofrenia. Y no solamente esto: observaron que el riesgo de sufrir depresión está ligado a un índice de masa corporal más alto, a demasiados kilogramos, y a un menor nivel de instrucción.

Muchas de las variantes genéticas individualizadas ya estaban en la mira de los fármacos que se venden en los comercios, "pero este hallazgo puede ofrecer nuevos estímulos a la investigación acerca de las terapias contra la depresión, abriendo el camino a nuevos y mejores tratamientos", comentó Breen.

Y aunque se hizo la luz respeto de las bases genéticas de esta enfermedad -agregó Lewis- "se trata solo de un primer paso. Sirven ulteriores estudios para comprender cómo la genética y los factores de estrés ambientales contribuyen juntos a aumentar el riesgo de sufrir depresión".

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