Karla Rubilar: Mujeres protegiendo a mujeres

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En estos dos meses como intendenta, una de las imágenes que más me ha llenado de orgullo ha sido la de las mujeres que, en medio de la marcha "Por una educación no sexista", se enfrentaron a los encapuchados que atacaban a las carabineras. Entendí que esto reflejaba los cambios más profundos que me tocaría vivir. Y que yo tendría el desafío de estar en primera fila, al ser una mujer a cargo de la Intendencia Metropolitana.

¿Cómo no sentirse convocada en este debate en torno a la discriminación si todas alguna vez nos hemos sentido maltratadas, ninguneadas y acosadas?

A los 20 años, siendo estudiante de Medicina, me tocó muchas veces soportar, cabeza gacha, que me echaran de la micro con mi hijo en brazos porque "¿a quién intentaba engañar con que iba a estudiar?".

Los tiempos están cambiando. Pero a ratos no sé si magnificamos cuánta rabia hay acumulada. Y que lo que antes era aceptado, ya no estamos dispuestas a tolerarlo. Estoy segura de que ahora un diputado lo pensaría mucho antes de decirle a una colega que habla fuerte "¿por qué está tan enojada, hoy no le tocó?", como me lo manifestaron en más de alguna ocasión. Ya no sería chistoso que alguien le dijera a una madre amamantando si su hija lo invitaba a tomar té, como me tocó vivirlo cuando iba con Laurita al Congreso.

Por todas esas situaciones sexistas y de desventaja que enfrentamos como mujeres es que siempre sentí una obligación, desde mi posición de privilegio, de apoyar e impulsar los cambios necesarios y pedidos por la ciudadanía. Así lo intenté en mis doce años como diputada, donde fue la experiencia la que me hizo cambiar de opinión en la ley de cuotas y entender la violencia que sufría una niña violada al ser obligada a llevar un embarazo a término. Cientos de testimonios de mujeres me llevaron a unirme a parlamentarias que pensaban distinto a mí. Juntas enfrentamos la violencia de género, tipificamos el femicidio, pusimos en debate el acoso callejero y rechazamos los estereotipos en los que nos obligan a encajar.

La lucha por una sociedad que no siga violentando a sus mujeres no es un asunto de izquierdas o de derechas, sino de un Chile más respetuoso. Entendiendo eso, el Presidente Sebastián Piñera anunció la más ambiciosa batería de iniciativas de nuestra historia en la batalla por los derechos de las mujeres, partiendo por establecer en la Constitución que el Estado garantice la igualdad de derechos, deberes y dignidad entre hombres y mujeres.

Estoy convencida de que ni miles de mujeres en las calles ni decenas de proyectos de ley serán suficientes si no hacemos un cambio desde los círculos más íntimos -colegios, familias, trabajos- para eliminar las discriminaciones de género. Para lograrlo hay que cambiar paradigmas: las imágenes de la marcha de mujeres protegiendo a mujeres, por muy distintas que sean, es una visión llena de esperanza y una señal de que este cambio ya partió y es sin vuelta atrás. Bienvenidos a sumarse a esta causa que es de todos.

*Intendenta Región Metropolitana

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