El 25 de marzo de 2000, la Nasa lanzó al espacio el satélite artificial IMAGE, que por primera vez analizaría la magnetósfera de la Tierra, región del espacio controlada por el campo magnético del planeta y que contiene plasmas extremadamente tenues de origen tanto solar como terrestre.

Entre sus logros, el programa contempló casi 40 descubrimientos científicos y ayudó a trazar la magnetósfera con gran detalle, por lo que se consideró un éxito. Tras dos años de operación, la agencia espacial comenzó con ella la fase "extendida" de la misión, esto es, el tiempo extra en el que el aparato se mantiene operativo, tiempo en el que se tratan de obtener todos los datos posibles hasta que los aparatos sufren desperfectos por falta de energía, fatiga de material (como en el caso de los rover marcianos) u otras razones.

Finalmente, el 18 de diciembre de 2005, IMAGE sufrió un desperfecto de energía y la agencia espacial no pudo recuperar el control, por lo que se declaró oficialmente el fin de la misión.

Pasarían 12 años para que la Nasa tuviera nuevamente noticias del malogrado satélite.

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El 20 de enero pasado, el canadiense Scott Tilley, un aficionado a la astronomía y el seguimiento de satélites espía, encontró por casualidad una señal que no se encontraba sus registros. Tras realizar algunos cálculos, supuso que se trataba de IMAGE, por lo que escribió sobre su experiencia en un blog y se comunicó con Richard Burley, responsable de la misión original. Fue así como la agencia espacial utilizó el Deep Space Network, una red de radiotelescopios encargados de comunicarse con las misiones espaciales, para encontrar al satélite perdido. Tras algunos intentos, cinco antenas dieron positivo y el Goddard Space Flight Center confirmó el 30 de enero que IMAGE era la fuente de la señal.

https://twitter.com/NASASun/status/958558734095147009

Y hoy, la Nasa anunció oficialmente que pudieron retomar la comunicación con IMAGE, encontrando información básica sobre el mantenimiento del satélite, datos sobre el sistema de control principal -que al parecer aún se encuentra con capacidad operativa- y un inesperado descubrimiento: si bien se desconoce el momento en que el satélite "revivió", el examen de los datos entregados por el astrónomo aficionado revela que IMAGE siempre estuvo ahí. Hubo transmisiones en octubre de 2016 y mayo de 2017.

Aún así existe un inconveniente. Según la Nasa, las bases de datos para controlar el satélite y el software original fueron eliminados, por lo que la tarea es buscar alguna forma de adaptar el software a los sistemas actuales. Además, continuarán analizando la información obtenida para entender el estado actual del aparato y una vez que se conozca -posiblemente a mediados de febrero- la Nasa decidirá qué hacer con el satélite.

Si IMAGE se restablece, su órbita estará bien posicionada para monitorear la zona auroral del norte de la Tierra.

Fuente: NasaThe Washington Post