Siete mitos y verdades sobre las vacunas en campaña de invierno

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El autismo, protección en un cien por ciento y cómo nos afecta no vacunar a los niños son algunos de los puntos explicados por una experta.


Como todos los años, Chile se encuentra en estos momentos en plena campaña vacunatoria de invierno, entre marzo y septiembre, debido a los altos niveles de virus a los que se enfrenta la población por el aumento de enfermedades respiratorias.

La Dra. Muriel Ramírez, académica de la Universidad Católica del Norte, especialista y Magíster en Salud Pública y actualmente Presidenta del Comité Científico del V Congreso de Salud Pública y VII Congreso de Epidemiología "Ciudadanía Construyendo Salud", identificó siete mitos y verdades que rondan en torno a las campañas de vacunación del Ministerio de Salud (Minsal) y que pueden incidir en su fracaso.

¿Qué es la vacunación o inmunización?

Consiste en la administración de un microorganismo (bacteria o virus), parte de él, o un producto derivado del mismo (antígenos inmunizantes), con el fin de producir una respuesta inmunológica similar a la de la infección natural; o sea, a la enfermedad que pueda desarrollar sin peligro para la persona vacunada. De esta forma, en el momento que se produce un contagio, el organismo del inmunizado responde de tal manera que la enfermedad no se produce o se manifiesta de manera menos grave.

Las vacunas han logrado eliminar y erradicar enfermedades en el mundo

El mecanismo permitió erradicar la viruela del mundo y hay enfermedades como la polio o el sarampión que están cerca de ser eliminadas, gracias a las vacunas. El Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI) en Chile contiene dosis contra: tuberculosis, sarampión, rubeola, parotiditis, tétanos, difteria, tos convulsiva, polio, hepatitis B, haemofilus influenza B (que produce neumonías y meningitis en menores), meningococo, pneumococo, Hepatitis A y virus papiloma humano (recientemente incorporadas). Otras vacunas de uso habitual, se utilizan para proteger de la rabia e influenza. Esta última, es la utilizada en la Campaña de Invierno del Minsal.

Las vacunas producen autismo: Falso

Esta falsa aseveración se ha generado porque algunas vacunas contienen sustancias como aluminio y mercurio (timerosal) en su composición, pero se trata de una cantidad de dichos metales ínfima e inocua para quienes las reciben. Me refiero a microgramos de sustancia, que no sólo son mucho menores a las cantidades que ingerimos en alimentos -pescados por ejemplo- sino que además, se encuentran en una composición química que no afecta las funciones celulares. Por otra parte, no existen estudios que revelen que la presencia de timerosal (mercurio) o aluminio en algunas de las vacunas, genere daños en la salud de las personas.

Si yo decido no vacunar a mi hijo(a), es una decisión personal que no afecta a nadie

Esto es completamente falso, porque cuando las personas se vacunan no se están protegiendo sólo individualmente. La inmunización provoca un efecto de protección colectiva hacia las personas no vacunadas. De esta manera, podemos contribuir solidariamente a la protección de toda la población. Más conocido como "efecto de rebaño", que se logra cuando al menos el 90% de la población está vacunada.

Ninguna vacuna protege 100% de la enfermedad

Esto es real, porque la efectividad de una dosis es variable, aunque siempre es sobre un 90% a 95%, por lo mismo es importante la protección de quienes nos rodean, generando el efecto de rebaño. Hay ciertas vacunas incluso, que no nos protegen de enfermedades, pero disminuyen la gravedad del cuadro cuando se producen y evitan que padezcamos complicaciones.

"Me vacuné en la campaña de invierno, pero me enfermé igual"

Es posible que tras vacunarse contra la influenza, por ejemplo, algunas personas manifiesten síntomas de resfrío, pero éstos no serán graves como padecer la influenza misma. El cuerpo demora una a dos semanas en crear la inmunidad y existen decenas de agentes que parecen gripe, pero no lo son. La influenza produce una serie de molestias: resfrío, decaimiento, dolor de garganta, tos, fiebre en 80% de los casos y dolor de cuerpo. Otros virus producen síntomas similares y para ellos no existe una herramienta como la vacuna.

Las vacunas del Programa Nacional de Inmunización y Campaña Invierno son gratuitas

Lo son, para todos los ciudadanos que forman parte de grupos en riesgo, o sea, personas que puedan padecer ciertas enfermedades crónicas, independiente del sistema de seguro al cual pertenezcan (ISAPRE o FONASA). El acceso a las dosis es gratuito en los centros de salud familiar (CESFAM), hospitales públicos, vacunatorios públicos y privados.

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