Una atención primaria moderna




El sector salud ha sido una de las prioridades del actual gobierno. Este énfasis se ha traducido en un crecimiento del gasto público sectorial de 7% respecto a 2013, siendo la partida que más incrementa sus recursos. Una parte importante de este esfuerzo se ha focalizado en la atención primaria. Así, por ejemplo, el per cápita se ha incrementado en un 54% respecto  al  2009;  es  decir, durante el 2014 debería alcanzar  $ 3.736 por beneficiario de Fonasa.

<em>No obstante esta buena noticia, aún persisten múltiples desafíos para la atención primaria de salud (APS). Con todo, hay al menos cinco áreas <strong>donde es posible avanzar y desarrollar una APS moderna.</strong></em>

Primero, se requiere implementar al 100% el modelo de atención familiar. Esto implicaría fortalecer el modelo de salud familiar en el que el paciente y su familia son el centro de la atención, fomentar el autocuidado en salud y la participación de la familia y comunidad, una mayor cercanía y continuidad efectiva del cuidado con médicos y equipos de cabecera y la aplicación efectiva de programas de promoción y prevención en salud con base en la comunidad.

Segundo, es necesario avanzar hacia una mayor rendición de cuentas. Para lograr lo anterior, se deben disponer de nuevos indicadores de desempeño para una evaluación de la red integrada, pagos asociados a indicadores de desempeño, encuestas a usuarios y mayor participación comunitaria a través de presupuestos participativos.

Tercero, los tiempos de espera siguen siendo muy altos y la asignación de recursos entre zonas es desigual. En este aspecto se hace necesario incorporar servicios de especialización tales como oftalmología, dermatología,  traumatología y otorrino-laringología, usando convenios o licitaciones con equipos de especialistas públicos o privados. Lo anterior debería ir acompañado de un esquema de pago de bonos a consultorios que logren metas en relación a su desempeño.

Cuarto, sabemos que la APS es el pariente pobre del sector en relación a su capital humano. En efecto, el sector presenta una baja cobertura de especialidades y bajo nivel de capacitación y actualización de profesionales. En este sentido, se hace necesario aumentar la presencia de médicos familiares. De la misma manera, es importante definir competencias y estándares de recursos humanos para APS e incorporarlas en currículos de pregrado. Por otro lado, los aumentos salariales deberían ir acompañados de una evaluación de desempeño con aumento de responsabilidades y la selección de altos cargos debería utilizar el sistema de Alta Dirección Pública.

Por último, aunque los recursos de APS han aumentado significativamente en los últimos años, el financiamiento es aún insuficiente. Es importante destacar que el método de pago (per cápita) no incentiva la retención de pacientes o su atención posterior. Luego, es necesario revisar el per cápita en relación al costo de prestaciones que debe financiar, considerando sus ponderadores (pobreza, adultos mayores, ruralidad, co-morbilidades, entre otros). Una modificación del per cápita requiere incluir al menos dos mecanismos: pago por desempeño para ciertos problemas crónicos y el pago por servicio para ciertas prestaciones o acciones  preventivas y promocionales.

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