Algo muy humano




EN ESTA ocasión la Presidenta no pasó, sino que trató de salir al paso de las críticas por la adquisición de un terreno próximo al proyecto Dominga. No le salió muy bien, pues las explicaciones fueron tan confusas que no hizo más que generar suspicacias y más críticas.

Porque tratando de justificar que todo era normal y que las acusaciones eran un ataque injusto a su hija, terminó reconociendo que había hecho algo que estrictamente es irregular: que decidió comprar el terreno y que financió la operación, no obstante lo cual la hizo a nombre de su hija. En derecho eso se llama contrato simulado. ¿Por qué hizo semejante cosa?; ¿no era más fácil comprar a su nombre?

Para los que ven cosas ocultas, se escondió el verdadero titular porque al aprobarse el proyecto minero, que de hecho requiere de la venia del gobierno, el valor del terreno se incrementaría por una mayor demanda habitacional en la zona, generándose una ganancia indebida. Una teoría con muy poco sustento. Porque de ser así, no se entiende por qué el proyecto fue rechazado; que la crítica habría sido la misma al tratarse de la hija; y que dado el exiguo valor del terreno, cualquier porcentaje de ganancia habría sido unas cuantas monedas, una pasada bastante magra. Y, al cabo, que todos sabemos que la Presidenta no es así.

Mi teoría es otra, pues me compro eso que las buenas vibras y la mejor onda justificaban plenamente adquirir un terrenito barato en ese lugar. Pero no así cambiar el titular en la escritura. La explicación para esto es otra y muy humana: quería regalárselo a su hija (o hijas, como dijo varias veces, aunque los papeles mencionan solo a una), pero sin pagar impuestos.

Todos llegamos a una etapa en que pensamos en los que nos seguirán y queremos dejarles algo. Más aún, asegurarnos que continúen juntos y, entonces qué mejor que darles algo que garantice que hagan vida en común, cuando menos para las vacaciones. Ya lo dijo la Presidenta: quería darle algo a mis hijas.

Pero existe en aquello un "pero": si se dona, o compra para sí y que después se herede, el Fisco querrá su parte: el odioso y socialista impuesto a las herencias y donaciones. Pues, ¿qué justifica que el Fisco cobre un tributo sobre cantidades que ya estuvieron sujetas al impuesto a la renta, por el hecho de transferirlas gratuitamente a terceros? Nada, ya que hay una doble tributación, salvo una razón práctica: generar ingresos a la caja fiscal. Pero hay más, para el socialista de alma es el medio de expropiar en el largo plazo los capitales. Por eso, aunque esté equilibrado el presupuesto público y el impuesto siempre haya rendido poco, un socialista se negará siempre y con vehemencia a derogarlo. Por eso es que se trata de un impuesto socialista, hay una cuestión ideológica involucrada en su aplicación, no una puramente macroeconómica.

Mi crítica a la Presidenta no es tanto que haya incumplido la ley -algo impropio de la primera magistratura-, sino que siendo socialista, haya cedido a la humana tentación de no pagar un impuesto socialista. Eso se llama incoherencia.

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