Analfabetismo en sustentabilidad social




Lamentablemente, en Chile el concepto de Sustentabilidad se ha enfocado principalmente hacia el eje ambiental, creyendo que tal problemática subyace a resolver o evitar temas de residuos, emisiones, conservar áreas o minimizar impactos. Tal sesgo, como diría el premio Nobel del 2002 David Kahneman, proviene de nuestra predisposición a hacer inconscientemente lo que nos parece más fácil, de forma casi autónoma y casi sin pensar más allá sobre las implicancias de nuestras decisiones lo que nos induciría al error.

Esta predisposición es lo que hemos conocido en la toma de decisiones como el estilo <strong><em>"Business a usual"</em> o en buen chileno <em>"hacer más de lo mismo o hacer lo que hemos estado haciendo pero con otro nombre"</em>.</strong>

Tales tendencias explican las corrientes históricas que en nuestro país y sus expositores han vuelto a ver renacer; sus temas de antaño pero bajo el amparo de palabras modernas como "Responsabilidad Social" o "Valor Compartido" e incluso "Sustentabilidad".

Gran parte de su discurso ha sido aprendido sobre conferencias y charlas que hoy brotan porque el tema vende, es el nuevo negocio. Los mismos actores de sectores privados, públicos y sociales han sido consultados una y otra vez los cuales sin cambiar su discurso, no incorporan la reflexión profunda de los nuevos términos, quedando la impresión de ser sólo un Copy&Paste. Es más, son asiduos asistentes a grandes conferencias de moda donde se les escucha hablar de conceptos que han aprendido casi extraídos de Wikipedia más que de una reflexión profunda acerca del tema. Lo que es peor, se quedan con lo poco que escuchan de cada charla de los expositores extranjeros invitados, haciendo alarde de su experiencia, hacia otros que depositan la fe en ellos para solucionar lo que hoy enfrentan, el aumento de los conflictos sociales y la oposición a todo. Lo anterior es elocuente por el escaso léxico sobre temas de sustentabilidad, su poca lectura al respecto o lectura equivocada que carece de los fundamentos teóricos. Peor aún, critican a otros aprovechando la laxitud de los términos argumentando que la "Sustentabilidad" no es exclusividad ni patrimonio de unos pocos, llevando al final a otros a mal entender los temas. Esto es muy similar a lo que ya se vivió con la "Responsabilidad Social" entendida como filantropía o incluso turismo social.

Este analfabetismo en sustentabilidad se hace patente al observar el conjunto de acciones inconexas que las organizaciones realizan escudadas en su fin de ser sustentables. Tales inconexiones reflejan el analfabetismo que los tomadores de decisión poseen mientras por otra parte hacen sentir al resto (menos conocedores que los primeros) que todo va viento en popa hacia el cambio. Lo mismo que Tancredi, personaje de la novela El Gatopardo declara a su tío Fabrizio: "Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie" la cual simboliza la capacidad de la familia del libro para adaptarse a lo largo de la historia y a los distintos gobernantes para poder conservar su influencia y poder.

Gran parte de este analfabetismo está siendo visualizado en la resolución de los conflictos sociales a causa de conflictos ambientales.  Las movilizaciones sociales no son más que el síntoma de lo que las organizaciones en su externalidad y gobernanza no pudieron adelantar ni resolver a tiempo, como su vez del bajo nivel de comprensión que de estas se tiene. De parte de gobiernos, la tentación (acorde a Kahneman) es interpretar el clamor ciudadano plasmando técnicamente en un cuerpo legal la llamada "participación ciudadana" para resolver lo que es en el fondo un proceso adaptativo. La segunda tentación es apoyar los levantamientos sociales porque reportan utilidades políticas pero que crean desconfianzas entre otros actores.

De parte de los privados, la tentación es creer que el gobierno está en contra de lo que ellos mismo definen como "desarrollo de la industria", que la gente se opone a todo cuando sólo se busca generar trabajo y riqueza o que sus proyectos son de "excelencia" bajo la mejor tecnología disponible mientras la experiencia muestra que las externalidades negativas en algunos casos han sido enormes (véase lo últimos casos en la prensa). Lo que es peor, no han definido lo que se llama "el trabajo con las comunidades" reduciendo estas a mesas de trabajo apoyados por ONGs y donde tampoco se considera a la propia industria como parte de tal comunidad. Es más, la disminución de externalidades se ha entendido como "compensaciones" a cambio de evitar el alza u opuesta a nuevos proyectos. Esto ha sido ampliamente criticado por Sandel – Profesor de Harvard, para que no se me critique - en su libro  "lo que el dinero no puede comprar"; o mejor dicho no debe comprar, libro sobre los límites morales del mercado .

Todo lo anterior genera un ecosistema mal configurado que refleja de paso nuestro analfabetismo en comprender la relación socio-ambiental. En esto también hemos tenido la culpa la academia, restringiendo las habilidades blandas a ciertas carreras cuando debieran ser un activo todos nuestros profesionales. Olvidamos que la ciencia es parte de la sociedad y que la sociedad debiera ser parte de nuestras formación. Finalmente, los actores sociales donde a río revuelto ganancia de pescadores, muchas veces aprovechan las instancias de conflicto para ganar reditúo que no apuntan a la disminución de externalidades, sino al incremento del poder en su actuar como articuladores sociales.

¿Cómo mirar el vaso medio lleno si todos se oponen a todo y unos se oponen a otros sin comprender que de esta debemos salir juntos?¿Que parte del estar involucrado y crear comunidad no comprendemos? A mi juicio de una sola manera. Debemos formar hoy a la generación del mañana, tratando regular hoy a la generación actual. Sino realizamos esto tendremos generaciones perdidas, quizá dando un paso atrás en todo lo que hemos avanzado. ¿Estamos trabajando en ello?.

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