Anótalo en el calendario




En Educación, la capacidad de los equipos directivos es clave. Pero cuando te enfrentas a un equipo altamente competente y comprometido, que lidera a un grupo profesores motivados y abiertos al feedback, pero que aún así no logra remontar el retraso promedio de casi tres años en Matemáticas y Lenguaje que tienen sus estudiantes, entonces te preguntas en que más estamos fallando.

Cuando que vi el calendario 2017 que tenía el equipo directivo del liceo municipal del que estoy hablando me quedó más claro por donde iba el problema: 119 actividades para este segundo semestre, entre pruebas especiales, consejos técnicos, actos de todo tipo, consejos comunales, reunión de subcentros, talleres, desfiles, aniversarios (varios) y celebraciones del "día de" (amigo, niño, profesor, estudiante, de la región , del planeta, etc). Estas 119 actividades en un período de 17 semanas, significan 7 actividades por semana:  1,4 por día. Adicionalmente, cada año hay que restar días u horas de clases por situaciones de emergencias, feriados varios (nacionales y regionales) y días perdidos por ser local de votación y/o sede para rendir la PSU. 

Al mirar el listado no es posible ver la relación directa entre todas estas actividades y el desafío principal de ese liceo en particular, que no es otro que remontar la tremenda brecha que arrastran sus estudiantes.

Aunque algunas de las actividades son prerrogativa del establecimiento, la  gran mayoría de ellas vienen desde un nivel central y dificultan mucho que el Director pueda orientar los esfuerzos y los recursos a atender los desafíos particulares de su comunidad y liderar el desarrollo técnico pedagógico de sus profesores.

Incluso iniciativas como la elaboración del PME (Proyecto de Mejoramiento Educativo) y el Programa de Integración escolar, que podrían ser de gran ayuda finalmente son planes donde el equipo directivo no tiene la autoridad ni los recursos para tomar las decisiones.

Cuando el desafío es tan grande como el que enfrentamos como país en Educación, es necesario usar los recursos estratégicamente. Por supuesto que muchas de las cosas que antes nombré pueden ser muy útiles, pero me imagino que podemos lograr el mismo impacto asignando la mitad del tiempo a ellas, especialmente, cuando se trata de un colegio que está casi tres años atrasados en promedio y donde los casos más críticos se refieren a estudiantes que están hasta 6 años atrás respecto al currículo nacional.

El director del liceo municipal del que hablo tiene una clara visión para sus estudiantes y las sala de clases de su colegio. Comprende el valor de un clima de respeto entre sus estudiantes y profesores, la importancia del uso efectivo del tiempo en el aula y lo crucial que es que los estudiantes conozcan el objetivo de la clases y cómo conecta con sus vidas. Este director sabe que todos los estudiantes tienen que tener la oportunidad de demostrar que están aprendiendo y que es clave que se sientan protagonistas de su aprendizaje, pero no tiene ni los tiempos, ni la autoridad necesaria para empujar estos cambios, y a mi juicio, sí tiene las competencias. "El cargo me obliga a destinar mucho tiempo en cosas que tienen muy poco impacto y por otro lado no me permite tomar decisiones relevantes para desarrollar a mi equipo", me cuenta.

En el año 1990, Augusto Pinochet dejó designados a todos los directores de colegios en Chile. Con la intensión de reducir el daño, Patricio Aylwin optó por quitarles autoridad. El punto es que nadie se acordó de devolverles esa autoridad. La misma que se requiere para liderar una comunidad educativa y que le permite a un Director sacar lo mejor de sus equipos, y con ello lo mejor de los niños que escribirán el futuro de Chile.

Propongo entonces incorporar en el calendario de la reforma: "Devolver autoridad a los equipos directivos".  Y que no se nos olvide nunca más la importancia de los directores y lo fundamental que es para el éxito de la reforma ayudarlos a desarrollar competencias y darles los espacios para liderar los desafíos propios de sus respectivas comunidades educativas.

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