Banda del Titanic




Hay algo de la banda del Titanic en este gobierno, esa que seguía tocando mientras el buque se hundía. El reciente proyecto de AFP tiene todo de eso. Porque más allá del contenido, parece evidente que se trata de una iniciativa que no prosperará en esta administración, tal como puede que suceda con la reforma a la educación superior, otro quilombo que nadie sabe abordar.

Y es que Bachelet no parece percibir el poco apoyo y daño que han hecho sus reformas. Como lo dijo Lagos la semana pasada, hay que recuperar el crecimiento; lo demás es música. Pero ella, inmune a cualquier cosa, parece estar dispuesta a seguir tocando la misma música hasta el último momento. Si el barco se hunde, no es su problema.

Esto es tan claro, que al día siguiente de presentada su reforma previsional -coincidencia o no- la agencia clasificadora Fitch Rating rebajó la nota crediticia de Chile, al igual como lo había hecho Standard & Poor's hace unas pocas semanas. Se trata de las primeras rebajas del país en 25 años. Ambas hablan de que Chile está viviendo un período demasiado prolongado de debilidad económica, lo que está deteriorando las cuentas fiscales. O sea, más riesgoso.

Frente a esto, ¿cuál fue la respuesta del gobierno? El ministro de Hacienda dijo que esto no era una sorpresa, porque lo estaban esperando. "Teníamos una perspectiva nacional negativa hace rato en Fitch, por lo que era esperable", señaló Valdés. La respuesta solo viene a confirmar que, incluso sabiendo lo mal que estamos, tampoco están dispuestos a hacer nada.

Pero, lo que es peor, tampoco están dispuestos a detener su ritmo de reformas. El caso de las AFP es particularmente grave, por cuanto introducir incertidumbre en ese sector es la guinda de la torta que faltaba para incrementar la incertidumbre económica. No hay que olvidar que detrás de los fondos de pensiones, no solo está el ahorro de millones de chilenos sino que también una parte no menor de la inversión que requiere el país.

Todo se puede mejorar, y es claro que el sistema de AFP es uno de ellos, pero el tiempo y la ocasión para este propósito son fundamentales. Hoy es el peor momento. Primero, porque este gobierno se está acabando y no hay espacio para tener una discusión seria sobre algo que no hay acuerdo alguno. Segundo, porque las condiciones económicas que vive el país hablan de que lo único que no se necesita es meter más ruido. Se está abriendo un flanco innecesario en este momento.

Bachelet debiera entender que su tiempo terminó. Que gobernar hasta el último día es una cosa, pero embarcar al país en nuevas aventuras de este tipo es muy irresponsable. Ella lo sabe muy bien. Porque podría haber presentado este proyecto mucho antes y no quiso. ¿Será porque no quiere que se apruebe?

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.