Buena onda




DEJEN A mi hija tranquila. Yo decidí comprarles algo como una cosa recreativa. No, no es un negocio. Es un lugar muy místico, lleno de buenas vibras y buena onda. Esta es una cosa recreativa, para que mis hijas puedan tener algo al lado de mis nietos.

Así se refirió Bachelet a la información de que su hija Sofía era propietaria de media hectárea junto al poblado de Los Choros, cercano a donde busca emplazarse el hoy cuestionado proyecto minero Dominga. Quienes lo conocen, lo describen como un sitio eriazo y desértico, a 10 kilómetros de la playa de Punta de Choros, al que cuesta imaginar como recreativo y lleno de vibras. A primera vista, más parece un castigo que un regalo.

Pero claro, dicen que en gustos no hay nada escrito. La Presidenta afirma que todo ahí es buena onda y buenas vibras, y quien es uno para decir lo contrario. Pero, también es cierto que como negocio, la cosa no es nada de mal, toda vez que su valor comercial podría aumentar si el citado proyecto minero es finalmente aprobado. Por eso llama la atención. Por eso, pese a que son muchos los que han reaccionado diciendo que plantear el tema es injusto y fuera de lugar, yo igual lo encuentro curioso.

Primero, porque los personajes se repiten. Resulta que, de acuerdo a Bachelet, la gestora de todo esto es nada menos que su nuera, Natalia Compagnon. Sí, la misma que está formalizada por el caso Caval. Una persona que ya sabemos no hace las cosas por pura buena onda. Más aún, cuando en este caso, ella compró nada menos que doce lotes de media hectárea. Entonces es legítimo preguntarse si aquí hay puras buenas vibras o hay un buen negocio.

Segundo, porque esta operación se hizo en marzo del 2014, a pocos días de que Bachelet se instalara en La Moneda. Claro, ella dice que a esas alturas no sabía nada del proyecto Dominga, lo que suena razonable. El problema es que también habría que asumir que su nuera, que se dedica a esto, tampoco sabía. "Yo no tengo idea de lo que ella haya hecho, en esa parte no tengo nada que ver", dijo la Presidenta. Puede ser, pero eso hace aún más necesario aclarar las intenciones de la nuera.

En suma, esto no tiene nada que ver con la buena o mala onda. Por el contrario, es un asunto que amerita ser investigado. Por mucho menos, Piñera tiene querellas y comisiones investigadoras. Y La Moneda ha festinado con aquello. Por eso, ahora no pueden alegar que hay que levantar la mirada y que esto de transformar en delito algo que no lo es, nos hace pésimo como país, como dijo la propia Presidenta en su defensa.

Uno tiene que practicar lo que predica.

Pero, lo más importante es despejar las dudas. Si todo está bien, la Presidenta debiera ser la primera en apoyar que se haga una investigación. Es más, debiera exigirla. Esa es la manera de despejar el asunto. Apoyarse en la moralina o que esto es una operación política en su contra, es pura música. Porque, insisto, el caso igual da para pensar. Es cierto, todo esto puede ser una mala coincidencia, pero es una coincidencia igual. Y cuando eso sucede, lo único que vale es aclarar las cosas.

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