Cambiar una calle




Miércoles 21 de junio. Hace tres días. En el salón principal del hotel Dreams de Temuco, Janette Sadik-Khan, ex comisionada del Departamento de Transporte de Nueva York, la mujer que cerró cinco cuadras de Broadway para crear un espacio peatonal de 10 mil m² y que construyó 560 km de ciclovías entre 2007 y 2013, le habla a un repleto auditorio sobre la dura lucha que debió dar para convertir a la Gran Manzana en una ciudad más humana.

Desde los medios, desde la sociedad civil y desde estamentos públicos tuvo una feroz resistencia para hacer los cambios que hoy tienen convertida a Nueva York en una de las mejores urbes para peatones y ciclistas en el mundo. No es la única invitada de lujo en este evento inédito en Temuco. Antes de ella se presentó Brent Toderian, uno de los urbanistas más respetados del hemisferio norte, responsable de que Vancouver, Canadá, sea una ciudad ejemplo a nivel global y asesor de decenas de ciudades en casi todos los continentes. En su exposición, Brent fue categórico: "Si tu futuro es tener más y más autos, tu ciudad va a fracasar". A lo que agregó que "las ciudades deben ser multimodales, que inviten a caminar, a montar en bicicleta, a usar el transporte público, así serán más exitosas".

Dos invitados de gran reputación, dos respetadas figuras de la planificación urbana y de la humanización de las urbes. En Temuco, la cuarta ciudad más grande de Chile, que ve crecer su parque de automóviles casi en un 10 por ciento al año, y cuyo edil le regaló el siguiente titular a los medios de todo el país hace poco más de un mes: "Alcalde de Temuco afirma que solicitará al próximo gobierno que elimine las ciclovías". El caballero, por supuesto, brillaba por su ausencia en el magno evento, en esta joya de conferencia internacional que se llama "Re-invención urbana" y que por primera vez aterrizó en esa ciudad del sur de Chile.

Es un hecho, no la van a tener fácil los habitantes de Temuco para convertir a la capital de la Novena Región en un territorio donde los autos dejen de ser los prepotentes reyes del espacio público. Menos en un país donde los alcaldes son verdaderos señores feudales de su terruño. Pero si Janette pudo convertir en peatonal cinco cuadras de una de las calles más famosas de Occidente, si en muy pocos años logró agregar 60 plazas a su ciudad, si tuvo la osadía de instalar sillas de playa en algunas de las avenidas más transitadas de Manhattan -bajo el formato del urbanismo táctico- para luego terminar devolviendo esas calles a los peatones, entonces, queridos compatriotas de Temuco, hay que dar la pelea para tener una mejor ciudad, cueste lo que cueste. Porque, como dice Jannete, "si puedes cambiar una calle, puedes cambiar el mundo".

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