Cambios de fondo en AFP




LA PROPUESTA  para reformar las AFP incorpora un aporte patronal de 5 puntos  de los cuales tres puntos irán a la cuenta individual y dos puntos a un seguro colectivo. Con base en estos dos puntos se busca crear un sistema de ahorro colectivo con objetivos redistributivos, tanto de carácter intra como intergeneracional. Esta contribución adicional será recaudada y manejada por un ente estatal autónomo. La iniciativa no se limita a la creación de este nuevo sistema, sino que crea los comités de usuarios que podrán participar en la definición de las políticas de inversión y en la designación de los directores que representan a las AFP en las empresas en que tienen invertidos los fondos de pensión.

La propuesta tiene el potencial de introducir cambios profundos en el sistema de AFP. Pone bajo la égida pública recursos que se estiman en US$ 3.500 millones anuales excluyendo de su manejo a las Administradoras privadas. Es una propuesta inteligente pues no implica aumento de costos significativos ya que se usa la capacidad instalada del Estado, resuelve parcialmente la necesidad de aumentar el ahorro previsional, introduce el aporte patronal cuya ausencia es única entre los países de la OCDE y ayuda a superar las reticencias de la población a aumentar las cotizaciones pues en otro caso, se entregarían  a las AFP. Un segundo cambio de fondo tiene lugar al introducir dentro del sistema de capitalización individual, un moderno sistema de seguro colectivo con capacidad de generar mecanismos solidarios. El aporte patronal a un seguro colectivo que introduce es un primer paso hacia un sistema que reconozca que si bien el esfuerzo individual es importante, es la solidaridad la forma moderna de hacer frente a los riesgos comunes. El comité de usuarios responde a una antigua demanda de los cotizantes a tener algo que decir en el manejo de sus fondos y producir una cambio en el papel que los representantes de las AFP juegan en las empresas en que tienen director. Abre finalmente un período de transición, pues la existencia de una dimensión estatal puede tender a ampliarse si así lo estima la ciudadanía. Andrés Santa Cruz ha propuesto que se pregunte a la ciudadanía quién desea que administre los nuevos recursos. Existiendo un administrador público, podría hacerse extensiva esa pregunta, también respecto de los 10 puntos de ahorro aportado por los propios trabajadores.

La crítica empresarial de que el financiamiento del seguro colectivo es regresivo es poco creíble  cuando se ha elogiado por décadas un sistema tributario altamente regresivo. Algo similar ocurre con la preocupación por clases medias, pues es probable que sectores medios hasta el cuarto quintil sean beneficiarios de la solidaridad. También lo serán mujeres de sectores medios, cuando se compensen los sesgos que reducen su pensión como efecto de la mayor expectativa de vida. Esta reforma no es sin embargo suficiente. Una solución de largo plazo requiere aumentar el impuesto a la renta de los más ricos, asalariados o no. Ahí veremos la disposición real de quienes sostienen que el mejoramiento de las pensiones no debería venir de la contribución patronal sino de impuestos generales.

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