Chile Vamos a tiempos mejores
Proyectar Chile Vamos más allá de un gobierno puede parecer una meta demasiado precipitada o grandilocuente, sobre todo cuando pensamos que aún faltan meses para las elecciones, siempre inciertas, y que nuestro primer objetivo como coalición fue, a ojos de muchos, más bien modesto: una reunión de coordinación semanal y una vocería por turnos. Sin embargo, esa primera meta era solo el primer paso de un proyecto político serio e inédito para la centroderecha, que hoy, tras un par de años de trabajo, nos posiciona como el único sector político que cuenta con una coalición ordenada, con representación en todo el país, con un propósito común y en condiciones de dar gobernabilidad a Chile. Eso cambia el escenario.
En efecto, es indispensable que Chile Vamos se proyecte a los desafíos del país de los próximos 20 años y que gobernar por al menos los próximos dos periodos presidenciales sea el punto de partida para devolverle el rumbo a Chile y corregir los errores estructurales de la pésima obra gruesa heredada de la Nueva Mayoría.
Ese objetivo debe sustentarse en una coalición política sólida, abierta al diálogo, capaz de incluir a más y nuevas miradas de la sociedad, que potencie a sus liderazgos más jóvenes y consolide esa labor con una presencia robusta en el Congreso. ¿La clave? Un relato común, centrado en el sueño de un Chile desarrollado y solidario, donde existe dignidad, respeto, libertad, derechos y deberes e igualdad de oportunidades para cada uno de sus ciudadanos. Un Chile que protege a la clase media y que potencia la capacidad de las familias de forjar su propio destino.
El centro y la centroderecha deben comprender que nuestra vocación de mayoría ya no es una quimera, y que hemos dado los pasos adecuados para pensar en grande. Luego del triunfo en las elecciones municipales y la exitosa primaria presidencial, que demostró compromiso, humildad, convicción y generosidad por parte de los candidatos y los partidos del bloque, debemos abocarnos ahora a cerrar cuanto antes un pacto de lista única para las elecciones parlamentarias y trabajar unidos por nuestra carta a La Moneda.
Nunca antes Sebastián Piñera había sido tan fuerte como candidato a Presidente, pues hoy cuenta con una coalición amplia, diversa y sólida que lo respalda. Pero esa solidez debe ir de la mano de un Congreso en que tenga el número de parlamentarios suficiente para promover su programa y ayudarlo a conducir el barco en aguas turbulentas.
Y es que tras casi cuatro años de gobierno de la Nueva Mayoría, hoy Chile navega en peores condiciones que en ningún otro periodo reciente de nuestra historia. Sus instituciones son más débiles, sus ciudadanos cuentan con empleos más frágiles, hay mayor incertidumbre por el futuro y la entrega de servicios a quienes más lo necesitan es menos digna y oportuna.
Es nuestro deber moral estar a la altura de este desafío. En este sentido, estamos seguros que contaremos con el respaldo de aquellos que no resultaron ganadores en las primarias, que sus equipos se ensamblarán al trabajo de quien nos representará como candidato en la papeleta en el mes de noviembre y que fortaleceremos nuestro programa de gobierno con sus ideas y planteamientos.
Cuando en noviembre de 2014, en el Consejo General de Renovación Nacional en la ciudad de Pucón, convocamos a la construcción de una coalición política que nos permitiera retornar a La Moneda, pensábamos en dejar en el pasado las interminables historias de efímeros acuerdos electorales. Eso lo logramos con creces y hoy pensamos en el Chile de las próximas décadas y en cómo impulsar su desarrollo social y económico con nuestras ideas, con la huella de Chile Vamos.








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