Del recelo al amor




Leo un artículo de El País. Una crónica añeja, de mediados de mayo, cuando Barcelona definió con el Atlético de Madrid la liga. Bajo el título de La pobre epopeya del malquerido, detalla los esfuerzos que hizo Alexis Sánchez por darle al Barcelona el campeonato. Habla de cómo por unos minutos -tras el gol que le marcó a Courtois, el arquero del Atleti- se vistió de héroe, y esa afición que siempre le tuvo recelo, que dudaba de él, lo amó brevemente.

"Pero la historia estaba escrita -explica Luis Martín, el autor de la nota en cuestión-. Alexis siempre ha sido un malquerido en el Camp Nou y de él se llegó a desconfiar hasta en las oficinas, empezando por el ex presidente Sandro Rosell". Como contrapunto habla de la entrega del tocopillano, de su compromiso, de hacer con el alma aquello que no alcanzaba con sus "atolondrados movimientos", de empujar al equipo, de sus 19 goles. Alexis estuvo cerca de consumar una epopeya esa tarde en el Camp Nou, una epopeya que lo habría redimido ante esa afición ingrata, pero no alcanzó.

Pienso en lo que vivió el tocopillano en España, en su eclipsada existencia dentro de la cancha a la sombra de Messi, en la inquietud que debió provocarle el saber que había hecho una temporada genial y aun así no había podido conquistar el corazón de la hinchada. Es inevitable comparar esos días con lo que está viviendo ahora, este coqueteo con su nueva "novia inglesa", las expectativas de algo claramente mejor.

Y es que a pesar de los pocos años que el chileno defendió la camiseta blaugrana, la relación con la institución terminó teniendo los vicios de una relación gastada, en la que él parecía ser el único que echaba leños a la chimenea mientras los otros -básicamente los dirigentes y la afición- alentaban, desde hacía rato, la llegada de nuevos amores.

Y ahora ¿qué?, ¿cuál será la historia que escribirá en el Arsenal?, ¿las expectativas de algo claramente mejor se quedarán sólo en eso, en expectativas?

Lo primero que hay que decir es que las grandes expectativas no son sólo de quien escribe, sino también del propio jugador, del entrenador del Arsenal, de los diarios ingleses (para muchos, el de Sánchez es el mejor fichaje de la Premier League). El jugador que llega a Inglaterra no es el mismo que debutó en Udinese a mediados de 2008; es un futbolista que llega con la experiencia de seis temporadas europeas en el cuerpo, con dos Copas del Mundo a su haber, y que a los 25 años parece haber alcanzado, o estar muy cerca de hacerlo, aquello que se conoce como madurez futbolística.

En Brasil 2014 dejó en claro que ha sido subutilizado respecto de sus posibilidades en el campo de juego, sobre todo en el entendido de que su aporte no se reduce a los últimos metros de la cancha o a una banda, sino que puede llegar desde más atrás -por izquierda, derecha o por el centro- abriendo espacios para sus compañeros.

Si bien es probable que el interés de Arsene Wenger venga de mucho antes de la Copa del Mundo, lo que ofreció Sánchez en el mundial debe haber terminado de convencerlo. En este sentido, es claro que Wenger no querrá inventar la rueda tratando de posicionar al chileno en una función demasiado diferente a la que mostró defendiendo a Chile en el mundial.

Así las cosas, la llegada de Alexis a Inglaterra es más que auspiciosa. ¿Explotará en su ciento por ciento el talento del chileno con la camiseta del Arsenal? Es probable. No es posible decir que Sánchez y el Arsenal estarán unidos hasta que la muerte los separe, pero por lo menos podemos pensar que, en las actuales circunstancias, parecen estar hechos el uno para el otro.

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