Día del Niño




'Somos culpables de muchos errores y muchas faltas,

Pero nuestro peor crimen es abandonar a los niños,

Olvidando la fuente de vida.

Muchas de las cosas que necesitamos pueden esperar.

Los Niños no.

Justo ahora es el momento en que sus huesos se están formando,

Su sangre se está elaborando

Y sus sentidos siendo desarrollados.

A él no podemos responder "Mañana".

Su nombre es "Hoy". (Gabriela Mistral)

Las asertivas palabras de nuestra insigne poetisa, nos interpelan a todos, ya que encierran una verdad que difícilmente alguien podría impugnar. Nos estremecen sobre todo ahora que los gritos de los niños del Sename, claman al cielo. Conocemos de sobra las escalofriantes cifras, pero muy pocos nombres y caras, a excepción de la pequeña Lissette, que en paz descanse. Números sin rostro, frías estadísticas, que no dan cuenta realmente de la profunda herida que enferma nuestra sociedad, con ramificaciones tipo metástasis, de largo plazo y amplio alcance.

Más debate y escándalo parecen provocar las traiciones y zancadillas al interior de un conocido partido político, que la traición máxima que se puede hacer a la patria: la postergación, abandono y violencia hacia nuestros niños. Una nueva muestra de las trastocadas prioridades y la mirada cortoplacista, que endurece nuestros corazones en la búsqueda de mantener y aumentar posiciones de poder, beneficios o privilegios, el placer y la comodidad, antes que hacernos cargo de la tarea más noble y necesaria que como sociedad, como personas y como padres podemos desarrollar en esta vida.

Quienes somos padres podemos apreciar el impacto que tiene en nuestros hijos cada cosa que hacemos y decimos. Como sus ojos inquietos todo lo observan, sus preguntas constantes, sus corazones puros, sus mentes influenciables. Verdaderamente están a merced de lo que hagamos con ellos, su autoestima y visión del mundo y de los demás, marcada por sus primeros años de vida. Algunos, más resilientes, de adultos serán capaces de resignificar sus experiencias negativas, valorar las positivas y mantener una mirada esperanzada. Otros, la mayoría, lamentablemente, quedarán marcados y dañados de por vida.

El abandono y el atropello a los derechos básicos de nuestros niños no sólo se dan al interior del Sename. También la encontramos en las familias, a lo largo del país y en todas las capas sociales. Duele una cierta mirada instalada que ve a los niños como un obstáculo a la libertad y al pleno desarrollo de los adultos, de sus padres. Una mirada anti-vida que se centra en el individualismo, materialismo y hedonismo que confunde la libertad con libertinaje. Una mirada que sobrevalora el éxito laboral y menosprecia la dedicación a la familia. Y que sugiere que aquello que vale es lo que se mide y en cambio "lo que no se mide, no existe".

¿Queremos una sociedad unida, solidaria, pacífica, donde reine la confianza? No nos encaminaremos a ésta con más foros y debates, ni con más promesas políticas. Cuidar, amar y educar a nuestros niños es el camino. Todo lo demás son parches, que no curan la causa de la herida.

No nos contentemos sólo con un regalo para nuestros hijos en este día del niño, o con llevarlos a almorzar alguna comida chatarra este domingo. Comprometámonos a dedicarles tiempo, para escucharlos, para jugar, para contemplar, para conversar. Comprometámonos con la infancia de nuestro país, conociendo a las diversas instituciones que ayudan a los niños y familias vulnerables y viendo como podemos aportar. Podemos participar este sábado 5 a las 11 am de la gran marcha por los niños del Sename. Ésta es convocada por un grupo a político organizado de la sociedad civil, que estremecido por la desidia de las autoridades, que han postergado una vez más a nuestros niños para priorizar la ideología y el beneficio político de su sector, invitan a todos los ciudadanos y las familias que comparten esta preocupación a participar.

Si los niños no marchan los adultos debemos marchar por ellos. No podemos aflojar en la determinación de visibilizar la realidad de quienes son nuestro futuro. Una decidida presión para que los candidatos a la presidencia tomen en serio esta demanda, que brota de lo más profundo del alma de Chile y que es más urgente que cualquier otra problemática social. ¡Los niños no pueden esperar

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