El ministro perfecto




Candidatos al gabinete hay muchos. Pero más allá de quienes finalmente resulten elegidos, hay un cierto perfil de personas que calza mejor que otros. Y esto tiene que ver con las competencias personales, pero también con algo fundamental: aquellos que pueden y saben tratar con Piñera. El Presidente electo es una persona particular, en su forma de ser y trabajar. Amoldarse a ello no es fácil, pero ya conocemos algunas pistas.

-24x7: El primer atributo de cualquiera que aspira a ser ministro es estar dispuesto a trabajar mucho y a un ritmo frenético. Piñera es exigente en esto, porque él hace lo mismo. Hay que ser capaz de seguirle el ritmo.

-Siempre listo: No le gustan los intermediaros. Llama directo y en cualquier momento para saber de alguna materia. Hay que estar pendiente y preparado para aquello.

-Sea prolijo: Lee y estudia cada detalle de cada papel que llega a su escritorio, subrayando todo aquello que le llama a atención, pero también los errores. Esto último lo irrita mucho. Por eso, hay que ser muy prolijo al momento de pasarle un papel. Revisar cien veces que todo cuadre, parece ser la fórmula.

-Vaya al grano: Piñera tiene poca paciencia con los discursos para la galería. Lo suyo es ir al grano, ojalá a los números. Si no hay datos, o se es poco preciso, la cosa no anda bien.

-Diga que no sabe: Pese a ser muy exigente, acepta que alguien le diga directamente que no tiene la respuesta precisa. Pero es un error pretender pasarse de listo. Tiene una capacidad única para detectar cuando alguien está improvisando. Entonces, hay que ser humilde y reconocer cuando no se sabe algo. Pero, eso sí, hay que volver rápido con la respuesta.

-No sea grave: No hay que esperar de Piñera mucha formalidad. El protocolo no es lo suyo. Por eso, no hay que enojarse si, por ejemplo, se olvidar de saludar. Sabemos también que le gustan las bromas, no siempre adecuadas, pero no hay que ser grave. Es un error tomárselo a la personal. Personas muy sensibles a aquello lo pueden pasar mal.

-Capaz de influir: Muchas veces da la impresión de estar distraído, pero no es así. Siempre está atento y puede cambiar de opinión sin problema o acoger una buena idea. Un buen ministro debe ser capaz de detectar aquello. Saber leer cuando se abre una oportunidad de influir.

-Leal pero sincero: Pese a la seguridad que proyecta, Piñera acepta las críticas. No el fuego amigo, ese que se hace por la prensa. Pero, a puertas cerradas, es sorprendentemente abierto para recibir comentarios de todo tipo.

-Resuelva los problemas: Le gusta estar informado, pero valora la iniciativa, los que resuelven las cosas. Le gusta la obediencia, pero no los yes men.

-No al turismo aventura: No hay espacio para aquellos que van de pasada al gobierno, a vivir la experiencia. Lo que busca ahora el Presidente es gente que se quiera proyectar en la política.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.