Fin de las preexistencias, fin a la discriminación




Aún no hemos escuchado de nuestros candidatos presidenciales propuestas para mejorar el sistema de salud chileno, como por ejemplo soluciones al problema de las "pre-existencias". Por el contrario, pudimos observar en la pasada campaña en EE.UU. que el tema de la Salud estuvo siempre en primera página. Una de las más importantes promesas de campaña de Trump era que ¨revocaria y reemplazaria¨ el Obamacare, aunque si mantendría el fin de las preexistencias. Esta reforma al sistema de salud llevada a cabo por el expresidente Obama, estableció que negar o subir la prima de un seguro de salud por alguna preexistencia, o por ser mujer, era un acto de discriminación quedando absolutamente prohibido.

Trump no logró ni terminar ni reemplazar el Obamacare. Tres senadores republicanos se unieron a los demócratas y votaron en contra de la propuesta de la Administración Trump. La discusión tuvo de todo, incluso imponderables de último minutos como el diagnóstico de cáncer al Senador McCain, figura emblemática de los Republicanos. Pero lo que nunca se puso en duda, lo que ni siquiera los más anti-Obama pusieron en duda, era que castigar por preexistencias es un acto de discriminación. El mayor punto de conflicto, y por el cual no se logró consenso,  fue el insuficiente monto para el fondo de compensación, con que el gobierno central subsidiaría a cada Estado, para compensar los altos costos de las preexistencias y grupos de riesgos. Es decir, no sólo se aceptó que es una discriminación rechazar a alguien por una preexistencia, sino que se asumió que el costo es significativo y debía ser asumido por todos.

Es interesante ver cómo en un país de libre mercado, en donde el financiamiento de la salud está entregado a manos de privados, y la salud no se concibe como un derecho social, el Estado asume un rol claro al financiar a aquellos que padecen alguna condición crónica para evitar discriminaciones en el sistema de salud.

Si llevamos este tema a Chile vemos que este problema, que abarca exclusión, cautividad y poca cobertura para las personas con enfermedades ya diagnosticadas, es mucho más acotado. Al tener un sistema de previsión de salud mixto, quienes optan por el Asegurador Estatal o Fonasa- no son rechazados ni quedan cautivos por alguna enfermedad previa. Ellos son poco menos del 80% de la población.

Quienes si son víctimas de esta discriminación son quienes están fuera del sistema (2%), los afiliados a alguna Isapre que ya tienen un diagnóstico- quedando cautivos a un plan dentro de su isapre-, y un tercer grupo de personas que están en Fonasa y quisieran estar en una Isapre pero no pueden debido a sus preexistencias.

La solución que proponen en Estados Unidos de crear un fondo público de compensación para los individuos de alto costo, es una alternativa a evaluar que esperamos los candidatos y sus equipos técnicos revisen, y respondan de manera urgente. Este no es sólo un problema de las Isapres, aunque si se espera de ellas una actitud más proactiva, es un problema país y debe pensarse con una mirada tan global como humana.

Por el bien de Chile, no se puede permitir de nuevo que quien conduzca la nación no se haga cargo de este tema. No olvidemos que en el Congreso descansa el proyecto "Plan Garantizado de Salud" del ex-Presidente Piñera, ni que la Presidenta Bachelet, por su parte, no llegó ni a presentar su "Proyecto de Reformas a la Ley de Isapres", prometido y luego pospuesto en varias oportunidades, que tenía entre otros objetivos buscar mecanismos de financiamiento a las preexistencias.

 A modo de declaración de intereses, señalo que, al igual que una proporción cada vez mayor de chilenos, en este tema tengo conflicto de interés por alguna preexistencia.

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