Hola, soy cantante




Quizás se le ha criticado de más. Para ser justos, el youtuber Germán Garmendia no sólo está comercializando su estreno oficial como músico con entradas a 40 mil pesos. También las hay a 28 y 15 mil pesos, más los benditos "cargos por servicio" que recién se van a dar a conocer este lunes en la preventa del show fijado para el 4 de noviembre. Pero el resultado es francamente el mismo: el de un hombre que se ha tomado demasiado en serio lo que hasta esta semana era sólo una anécdota.

El debut de "Ancud", el sureño nombre del proyecto musical que integra con su hermano Diego, no solo sorprendió por el precio de los tickets, sino también por el escaso recorrido previo de su protagonista antes de su arribo al recinto de la calle San Diego.

En rigor, el grupo tiene apenas cuatro canciones estrenadas, todas incluidas en un ep lanzado en 2016 y que fue grabado en México. Un repertorio escaso (que debería complementar un larga duración previsto para este año) y que sólo apoyado en la fama que "Germán" ha cultivado en redes sociales le ha permitido gozar de la insólita exposición que tiene por estos días. Ahora, seamos francos, el hombre puede darse el gusto que quiera y no es precisamente su culpa o responsabilidad si alguno de sus muchos seguidores están dispuestos a pagar lo que cobra para ver su incursión musical. Pero lo de Garmendia con sus cuatro temas en el Caupolicán refleja algo más profundo, el triunfo de lo desechable, la derrota del talento. Y nadie quiere ponerse demasiado serio. Finalmente es sólo música y nos puede gustar o no. Pero ya que está lanzado en serio y en un recinto con historia para la música chilena como el Caupolicán, cuesta no declarar algún juicio al respecto.

Entrando en materia, Ancud es un conjunto de pop melódico al estilo de los mexicanos ReiK, siendo generosos. Voces y guitarra. Canciones de tres minutos promedio con títulos como Cambia y Así es Normal y frases como "cuando las palabras se acaban solo quedan suspiros y silencios que dicen más que mil libros…".

Ahora, seamos más francos todavía: esto lo hemos visto muchas veces antes. Con Don Francisco y la Geisha, en bandas de actores y humoristas. En voces de celebridades que llegaron a la música por accidente, casualidad u oportunismo. Aunque nadie hasta ahora tuvo la insólita pretensión de Germán, el youtuber convertido en cantante. 

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