Innovación y desarrollo




La epoca de oro en que la productividad de nuestro país crecía por sobre el 2% anual en promedio, fue posible gracias a las ganancias derivadas de un cambio estructural que permitió aprovechar la disponibilidad de nuestros recursos naturales. Sin embargo, la falta de innovación empresarial habría limitado la posibilidad de aumentar la productividad de cada empresa y la diversificación y sofisticación de los productos exportados. Desde los estudios de Solow sabemos que la innovación tecnológica es la principal fuente de productividad y crecimiento.

El diagnóstico anterior ha permitido que la Investigación y Desarrollo (I+D) sea hoy el foco de atención de las políticas públicas. En efecto, la Comisión Asesora Presidencial sobre Institucionalidad en Ciencia, Tecnología e Innovación y el grupo Res Pública han planteado propuestas de suma relevancia y que merecen una especial atención.

La situación actual de la inversión en I+D no es adecuada. El nivel de gasto es insuficiente y los recursos públicos que se destinan a ella no logran los resultados que el país requiere, lo que se traduce en una pérdida de importantes oportunidades de desarrollo.

Con todo, es posible avanzar. Existen diversas áreas que se relacionan a los conceptos de investigación, desarrollo e innovación. Chile requiere avanzar en todas ellas: investigación básica, investigación aplicada y formación de capital humano. Si bien cada uno de estos sectores necesita políticas específicas, existen elementos comunes que ayudarán en el cumplimiento de los objetivos de mayor y mejor inversión.

En primer lugar, se requiere avanzar en un nuevo marco institucional que asegure estabilidad en sus políticas, transparencia en sus decisiones, eficiencia en sus procesos, y que rinda cuentas por su desempeño. En este sentido, coincido con la creación de un consejo autónomo e independiente.

En segundo lugar, todos los recursos públicos se deberían asignar bajo el esquema de matching grants. Es decir, los recursos sólo se entregarán como complemento del financiamiento privado. Si bien este sistema se utiliza actualmente para la asignación de algunos programas, se debería simplificar, de tal manera que se establezca una institucionalidad que favorezca la competitividad de los proyectos y haga más relevantes las investigaciones, en cuanto a que su adjudicación sea de acuerdo con la probabilidad de patentamiento futuro de la investigación.

Por último, está la dificultad que enfrenten quienes destinan recursos a I+D y que no logran acceder a los beneficios que se derivan de su inversión (sean productos, procesos, etc.). Este problema, derivado de la naturaleza de este tipo de inversión, se aminora al contar con leyes y procesos claros que protejan el derecho de propiedad a través de distintas estrategias de protección (patentes, secreto industrial, otros).

El proceso de obtención de patentes tiene una serie de costos involucrados y la magnitud de estos se puede convertir en una barrera a innovar. Para evitar situaciones de este tipo, se debería establecer un sistema de subsidio al diseño y la implementación de una estrategia de protección, sea esta patente, licencia u otra.

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