Junta nacional DC: la paradoja del gato de Schrödinger




Una de las paradojas más conocidas de la física moderna trata del gato de Schrödinger, consistente en una caja cerrada con un gato en su interior y provista de un dispositivo con una partícula radiactiva que tiene un 50% de probabilidad de dispararse y, a su vez, lanzar un veneno que mataría al gato. Como en el mundo de la mecánica cuántica es perfectamente posible que una partícula esté en dos lugares distintos al mismo tiempo, como consecuencia, en el mismo instante el gato está vivo y está muerto. La falta de información, pues la caja está cerrada, hace posible la existencia de ambos felinos.

En la junta nacional DC ocurre un fenómeno similar: deben decidir si quedarse o no en la Nueva Mayoría sin saber si su candidata, la senadora Carolina Goic, es competitiva o no. Tendrán que tener la habilidad de salir con una solución que los deje, al mismo tiempo, adentro y afuera de la Nueva Mayoría.

De manera sorpresiva, la prohibición a Mariana Aylwin de ingresar a Cuba a participar en un acto organizado por la familia del opositor Oswaldo Payá hizo surgir en la Democracia Cristiana los deseos de separar aguas con el Partido Comunista, bajo el argumento de que representaban valores distintos y que no podían compartir la misma casa con quien defendía al gobierno cubano. Sorpresiva, pues en la elección pasada, donde la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, era la líder indiscutida, al apoyarla al mismo tiempo que el Partido Comunista, a nadie pareció molestarle el que dicha colectividad apoyaba al gobierno cubano, con Fidel Castro vivo y recalcitrante. Y pedirle al PC que reniegue del gobierno de los Castro tiene el mismo efecto que solicitarle al Papa que deje de ser católico.

En paralelo, y con diferencia de pocos días, la senadora Carolina Goic lanzó su candidatura presidencial, colocando sabor a una contienda que parecía dominada por el independiente Alejandro Guillier. El desplome del ex Presidente Lagos, sumado a las dificultades del gobierno en el manejo de la emergencia de los incendios, que repercutió en la popularidad de Guillier, hacían que pareciera atractiva una candidatura DC, y en especial en un nuevo sistema electoral, donde los partidos van a tener que luchar por más identidad propia para poder conservar grados de influencia en el Parlamento. La reacción a su anuncio cuidadosamente hecho en La Tercera pareciera que la operación Goic había sido un éxito y después de mucho tiempo la DC tenía un candidato potente que le permite revivir su alicaída identidad. Pero suele pasar que el ímpetu de los deseos hace la realidad más bella de lo que es.

La junta nacional DC tiene una incerteza que hace realmente difícil la decisión: cuánto realmente pesa Carolina Goic en las encuestas y cuál es la capacidad de sostener una campaña presidencial. La verdad, que pese a los buenos augurios que rodearon a Carolina Goic, el dato duro más reciente que existe sobre ella es la encuesta CEP de noviembre-diciembre de 2016 indica que tiene un 48% de conocimiento y, peor aún, entre quienes la conocen un 28% tiene una apreciación positiva de la senadora. Si bien no es descartable que tenga mejores números ahora, en política suele haber gatos muertos donde se cree que gozan de la plenitud de sus siete vidas.

Desde el punto de vista estrictamente racional, la decisión óptima de la DC será entonces quedarse afuera y adentro. Es por ello que ha tomado tanto vuelo la llamada "primaria con condiciones".

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