La emergencia de los emergentes




Las economías de estos países sufren de  la caída del precio de las materias primas y aumento de las tasas  de interés. Según las agencias especializadas, Argentina y Venezuela tienen el mayor riesgo financiero del mundo.

Los países emergentes son como los adolescentes: propensos a los accidentes. Se caen, resbalan, los empujan, corren riesgos innecesarios… Por supuesto que, tal como nos demostraron hace poco EE.UU. y Europa, a veces las naciones maduras también se comportan de manera inmadura. El mundo aún está pagando con desempleo y pobreza las irresponsables audacias financieras de bancos, gobiernos y consumidores de los países más ricos. Y ahora nos viene una crisis en los emergentes, esos países de menores ingresos cuyas economías y el bienestar de su gente venían expandiéndose a un ritmo sin precedentes. Hay dos preguntas de cuyas respuestas depende el pronóstico de la economía mundial. ¿Contagiarán las economías emergentes a las de los países desarrollados? ¿Diferenciarán los inversores a los países emergentes "buenos" de los "malos"? El caso de Argentina y Chile es muy ilustrativo: la economía argentina es un desastre y el gobierno de Cristina Fernández pasará a la historia como uno de los más catastróficos que ha tenido un país adicto a elegir gobernantes catastróficos. En contraste, Chile es un país cuyos gobiernos han venido haciendo las cosas bien, y de manera sostenida, independientemente de la ideología de quien está en el poder. Así, la economía chilena va bien y es un ejemplo para el mundo, mientras que la Argentina va muy mal y también es un ejemplo para el mundo… de lo que no hay que hacer. Es muy racional, entonces, sacar el dinero de Argentina. Y eso están haciendo tanto argentinos como extranjeros.

¿Cómo está capeando Chile esta crisis? Mucho mejor. Al igual que ocurre en todos los demás países emergentes, su moneda se ha devaluado en los últimos meses, pero de una manera mucho más ordenada y sin mayor trauma. Lo mismo está pasando con otras economías sólidas: Corea del Sur y México están sufriendo menos por esta crisis que Argentina, Ucrania o Venezuela, los tres países que, según las agencias especializadas, tienen la peor gestión económica y el mayor riesgo financiero del mundo. Esto significa que, por ahora, los inversores internacionales no ponen a todos los países emergentes en una misma canasta.

Pero ¿qué les pasó? Cuando EE.UU. y Europa estaban en recesión, los emergentes eran un pilar de la economía mundial y ahora son una amenaza. "Estos países, sobre todo los latinoamericanos, son mucho mejores manejando las crisis económicas que  la prosperidad", me dijo Luis Alberto Moreno, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. "Venimos de una época de abundancia que, al atenuarse, revela las precariedades de estos países que no han profundizado las reformas económicas que necesitan. Estas reformas los harían menos vulnerables a los impactos que les vienen de afuera", afirma Moreno. Esta vez las economías emergentes están sufriendo una triple paliza: la caída de los precios de las materias primas que tanto exportan, el aumento de las tasas de interés internacionales y la resaca de años de abundancia vividos como si ésta no fuera a acabar nunca. La primera se origina en China, la segunda en EE.UU. y la tercera es hecha en casa; un autogol que cada gobierno emergente le marcó a su país. La abundancia permitió vivir por encima de las posibilidades y no hacer las reformas necesarias. Volviendo a la primera pregunta: ¿Contagiarán los emergentes a los más ricos? Es aún temprano para saberlo. Pero si bien la crisis de los emergentes ya ha impactado en los más ricos (las bolsas de EE.UU., Europa y Japón tuvieron el peor enero desde 2010), el consenso de los expertos es que, por ahora, no hay signos de que el contagio vaya a ser grave. Ojalá.

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