Los otros frentes




Ya queda menos y las cosas se decantan en la carrera presidencial. A todas luces parece inevitable que, al igual que hace ocho años atrás, Michelle Bachelet le entregue la banda presidencial a Sebastián Piñera. En efecto, el candidato de la derecha se impondrá en la primera vuelta con mucha distancia, seguido desde lejos por Guillier, a quien le secundará desde más cerca Sánchez. Y aunque Goic cree tener al menos asegurada una mención honrosa fuera del podio, Enríquez-Ominami y Kast todavía tienen algo que decir. Lo otro seguro es que Navarro y Artés deberían obtener una cantidad de votos que los margine a una posición meramente testimonial. Y en la segunda vuelta, pese a que todos pudieran hacer un frente común contra Piñera, éste ya tendrá la ventaja suficiente para vencer sin sobresaltos.

Puestas así las cosas, ¿a qué deberíamos prestarle atención de todo aquello que ocurrirá en noviembre?

Lo primero será observar el resultado que obtenga el Frente Amplio y cuán cerca esté de la votación de la Nueva Mayoría. Su verdadera batalla, y tal como ha ocurrido en otros países, no es contra sus adversarios de la derecha, sino que la lucha se concentrará al interior de su propia familia política de pertenencia; y consiste en la hegemonía, protagonismo y control del sector político que deberá hacer frente a Piñera en los próximos años. Pese a que se trata de un objetivo todavía pretencioso, el actual momento por el cual atraviesa el oficialismo no puede ser más propicio para acometer tal propósito.

En segundo lugar, asistiremos a un quiebre al interior de la Democracia Cristiana. Aunque el fraccionamiento no sea formal y evidente, a estas alturas resulta claro que muchos de sus simpatizantes, pero también algunos militantes y dirigentes, no secundarán a Guillier en la segunda vuelta electoral. Dicho proceso, que no es más que el síntoma de una división más profunda, debería desencadenar una escisión, la cual puede ser organizada y en un solo momento, o gradual e individual durante un tiempo más largo. Todo lo cual, será ciertamente acelerado por un paupérrimo resultado de ese partido en la elección parlamentaria.

Por último, y pese a que creo que ninguna coalición obtendrá la mayoría absoluta en el Congreso, recientes estudios muestran que la derecha podría acercarse a los 75 escaños en la Cámara de Diputados. Al parecer, todo depende de las personas que efectivamente concurran a votar, ya que se estima que las mayores abstenciones se registrarán con un sesgo hacia al votante de "centroizquierda", cuyas desafección, desesperanza y desarraigo parecen mayor. Para el caso del Senado, las novedades y sorpresas podrían venir en la elección de circunscripciones emblemáticas, como es el caso de la región del Maule y Valparaíso.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.