Los reyes muertos vivientes

El cuento se llama La gira de despedida de Laurel y Hardy en Alfa Centauro y sus primeras líneas dicen: "Llevaban muertos 200 años. Pero estaban vivos". Firma Ray Bradbury y va así: la famosa dupla cómica sigue actuando en el futuro para combatir La Soledad entre los habitantes de lejanas colonias terrestres, una especie de depresión gatillada por la nostalgia. A veces pasa, el futuro llega antes. Las grandes leyendas de la música popular físicamente desaparecidas no sólo sacan discos con más regularidad que los vivos, sino que permanecen en estado on tour. Los fundamentales, Elvis y The Beatles, nunca pararon. Cada cierto tiempo vemos afiches de sus visitas como parte de una cartelera ¿necrológica? que se abulta.

Ray Charles, el 30 de octubre, al Nescafé de las Artes. Priscilla Presley presenta en directo a su difunto marido el 3 de noviembre, en el Caupolicán. Versiones de los Fab Four se dejan caer de tanto en tanto sonando mejor que los originales, con rostros y trajes detenidos en el tiempo. Incluso, no es necesario morir para integrar la categoría. Abba show recorre el mundo y ya visitaron Chile en consuelo de los originales.

Un probable clic surgió cuando Natalie Cole hizo dúo virtual con su padre, en 1991, para una nueva y muy premiada versión de Unforgettable. Curiosamente, la idea fue de Joe Guercio, ex director musical de Elvis en su último período. Tupac Shakur resucitó el año pasado como un holograma, y de inmediato se habló de hacer lo mismo con Freddie Mercury para poner en rodaje, otra vez, a los desvencijados Queen. Los japoneses dieron una vuelta de tuerca y crearon a Hatsune Miku, originalmente un banco de voz con imagen 3D de una adolescente de rasgos anime. Su tour mundial 2013 contó con el diseño de vestuario de Marc Jacobs (Louis Vuitton), mientras en internet se acumulan las solicitudes de fans pidiendo que visite sus países.

Sinceramente, este año habría sido mejor ver a un doble de Chuck Berry que al verdadero, como reconforta más rastrear videos en YouTube de Nicola di Bari que presenciar su personalidad cascarrabias y voz hecha trizas. Quizás cuando sea el centenario de The Rolling Stones, decenas de versiones de la banda en distintas épocas recorrerán el mundo y sus colonias extraterrenales. Un Jagger interestelar muerto hace mucho se agitará espasmódico canturreando sobre insatisfacción, ante un público que se sentirá satisfecho de ver a un número muerto viviente como en sus mejores días. Hoy somos el prólogo de esa generación.