No confunda la pelota con la pelotudez




Faltan poco más de dos semanas para que empiece la bacanal de tantos hombres y algunas mujeres.  Será un mes de monotema, treinta y dos días de soportar a relatores y analistas "del balón" durante el día y noche.  Saben perfectamente a qué me refiero y, si no, viven en Júpiter. El Mundial de Fútbol parte el 12 de junio y ya hay mucho personaje con la testosterona a flor de piel.

Aclaro de inmediato mi postura: Para estos efectos, soy lo más parecido a una "niñita". No me gusta el tema fútbol (jugar puede ser más interesante, pero siempre fui malo), no me gusta ver partidos y ni siquiera me parece interesante rodearse únicamente de hombres para desahogar improperios nacionalistas. En el Mundial pasado disfrutaba caminando por las calles vacías mientras jugaba Chile y me enteraba del marcador por el movimiento casi sísmico que provocaban los goles de nuestra Selección. Dicho eso, creo tener una postura de observador que permite intentar un análisis desde afuera, cual extranjero que habita un país llamado Fútbol.

Vamos entonces con la tesis. Cada Mundial produce un retroceso en materia de género. Basta ver cartas al director como la que apareció el domingo pasado en El Mercurio para explicar el punto. "Señor Director. Quiero pedir la atención de las queridas mujeres de Chile, para que digan pronto todo lo que tengan que decir, de otra forma serán atendidas sólo después del Mundial". Esto que le parece chistoso a algunos señores que viven congelados en una especie de Club de Toby permanente, es pura misoginia disfrazada de "soy machito y la pelota es mía".

No es el único ejemplo. Esta semana me llegó un "chiste" por WhatsApp, que dice más o menos así. "Comunicado para las esposas/pololas/hermanas. A partir del 12 de Junio al 13 de Julio de 2014, deberán tener en cuenta lo siguiente: 1. Hacer las compras del supermercado fuera de los horarios de partidos y/o repeticiones de los mismos. 2.  Leer la sección deportiva para que tengamos tema de conversación; si no lo hacen, no se extrañen que no se les hable durante ese mes. 3. Durante el mes entero la tele es mía, a todas horas, sin excepción. El control, ni lo miren.  4. Si tienen que pasar frente a la tele durante un partido, pueden hacerlo, siempre que sea gateando y sin distraer o hacer ruido. 5. Durante los partidos soy sordo y ciego. No esperes que te atienda, escuche, mire, abra la puerta, conteste el teléfono, vea al niño que se cayó del segundo piso, salude a tu madre, haga las compras, apague el incendio de la cocina. Nada, pero nada!!!". En fin, esa es sólo una muestra, pues son 14 puntos en total. Uno más sexista que el otro. Y mis congéneres se los mandan entre ellos con la más absoluta complicidad, sin reflexión alguna.

No quiero parecer tonto grave. Al menos, no grave. Pero confieso que me alarma este recreo del respeto hacia las mujeres, en que nos atrevemos a discriminar amparados en una especie de supremacía cultural que da el fútbol cada cuatro años. Dicho de otra manera, todavía sigue siendo políticamente correcto ser machista cuando hay un Mundial.  ¿Será una válvula de escape, una de las últimas que van quedando, por la perplejidad y resentimiento acumulado de este hombre que ya no sabe cómo enfrentar a la mujer independiente, autónoma y exigente? Si esa idea se acerca a la verdad, me parece patético. ¿Por qué, en cambio, no puede ser el Mundial una oportunidad de encuentro entre hombres eternamente absortos por esta actividad y mujeres que cada vez juegan más, hablan más y respiran más fútbol?

Desde esta esquina, desde este rincón donde debemos guarecernos los que no sabemos ni queremos saber la formación del Ballet Azul en el año de la guarifaifa o el signo zodiacal del número no sé cuánto de la Selección, vaya este consejo para la gran mayoría de los hombres: amigo, disfrute el fútbol, pero no deje que se le arranque el machista que tan bien ha aprendido a domesticar el resto del tiempo. Ya no están los tiempos para mostrar la hilacha. Por favor, no confunda la pelota con la pelotudez. ¡Y que gane Chile!

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.