Ojalá fuera así siempre




¿Cuál es el análisis que vale? ¿El del Chile consistente y generador que fue hasta el descuento o el del equipo que sintió el alza de Venezuela después del descuento?

Si el jueves hubo que masticar una derrota amarga en Buenos Aires, lamentando el mejor resultado que debió ser y no fue, frente a los llaneros la sensación debe ser la opuesta, pues desde el aperitivo la Roja mereció ganar.

La ofuscación que puede haberle quedado a algunos, es porque la victoria debió ser mayor.

Pero el balance debe hacerse al revés. ¿Hubiesen preferido sufrir al principio y gozar al final?

No se puede olvidar que mientras en las afueras del Monumental aún había gente estacionándose, el partido estaba definido y Paredes, el anfitrión, el récord a la longevidad, el que no quiso ir a China con un Roja de proyección y prefirió quedarse haciendo goles en un entrenamiento con Colo Colo en Macul, realzaba la decisión de Pizzi de llamarlo y permitirle ser titular, superando la tentación popular de incluir a Valdivia desde el arranque.

Durante ese anochecer cálido del primer tiempo, con ambiente de teatro al aire libre, en que los atrasados buscaban con calma sus asientos, en que los lujos, esfuerzos y triangulaciones se aplaudían, la Selección cumplió con la tarea encomendada casi sin transpirar.

Dentro de ese relajo, el atacante de Colo Colo se inscribió con dos anotaciones que sirvieron para alivianar las tensiones que dejó la última caída y dejar a Chile otra vez en zona de clasificación directa en este carrusel que son las Eliminatorias, que ante cualquier tropiezo te puede dejar abajo.

Es cierto, ese clima terminó sacudido por el gol de Rondón, por esa pelota que picó casi adentro y también por la seguidilla de ocasiones desperdiciadas por Chile.

Sin embargo, la victoria nunca estuvo en cuestión y permite encarar con alivio relativo los meses que vienen, ambiente ideal para encarar el desafío que supone para esta generación apostar por la corona en la Copa Confederaciones.

Un paso importante antes de enfrentar lo que queda de Clasificatorias, un camino que es altamente probable no sea tan sencillo de abrochar como fue esta noche de otoño, porque casi todos se estarán jugando la vida.

Así es que ojalá todos los triunfos eliminatorios se pudieran asegurar tan rápido como ocurrió ayer. Eso no debe pasarse por alto.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.