Olvídense del Toto...




Esta semana asistimos a la vejación de Darío Javier Franco en Universidad de Chile. Cesado el lunes, la noticia se supo de inmediato, pero al afectado se le comunicó recién horas antes del partido ante Unión Española por la Supercopa local.

Pasaron casi tres días antes de que se oficializara lo que todos ya sabían, llevando al técnico "vestido y maquillado" para su funeral en Antofagasta. A nadie se le hace eso. Es de mal gusto. Refleja cómo operan y piensan los regentes de Azul Azul, la concesionaria al mando del cuadro laico, que lleva ni más ni menos el nombre del alma mater de la república: Universidad de Chile. Lo que han hecho con Franco seguro que será tema en la Escuela de Periodismo, pero también en la Facultad de Derecho o en Filosofía, si nos remitimos a la ética utilizada.

El observador quisiera conocer un pronunciamiento de la rectoría, ciertamente ocupada por estos días en los avatares de la reforma educacional que el país reclama, pero que no por nada tiene a dos de sus integrantes en el directorio de la concesionaria. Nos imaginamos que los académicos, representantes del rector, al menos se habrán puesto colorados por la humillación a la que fue sometido el nacido en Cruz Alta.

Y el hombre que preside a la "U", José Yuraszeck se nota que nunca se preocupó del qué dirán.

No sorprende, porque es de ideas fijas, siempre quiso llegar a la testera de la "U". Y ni siquiera se amilanó cuando en la cena de desagravio a Sergio Vargas, en el desaparecido restaurant "El Parrón", recibió una silbatina pareja al plantear en su alocución la necesidad de que llegaran las sociedades anónimas.

Desde que asumió en la comisión de fútbol impuso su estilo. Justo antes de que la "U" enfrentara a rivales de riesgo "se filtraban" a los medios el interés de Universidad de Chile por la o las figuras del oponente. Enzo Gutiérrez jugaba en O'Higgins, pero estaba listo en el "Chuncho" antes de disputar la final. Las llamadas a Fernando Meneses y Hans Martínez, ambos de Universidad Católica, se transformaron en un clásico de las últimas dos temporadas. Aún se escuchan los reclamos de Unión Española por el "eventual interés" en Patricio Rubio, en la semifinal de la Copa Chile pasada.

El método de la filtración otra vez vuelve a la pelea. Con el escenario convulsionado por la vergonzosa forma de echar a un entrenador que no cumplió en la cancha, pero que como ningún trabajador merecía el trato que le dieron.

Encima, los futbolistas están molestos porque creen que la dirigencia filtró la indisciplina de jugadores después del amistoso en Temuco (dos de ellos recibieron la confianza del DT y así le pagaron, pero eso es material de otra columna). Ellos creen que pretendían, de esa manera, justificar y maquillar el cese de Franco. El remedio fue peor que la enfermedad, porque nos indica que el procedimiento no fue un error, sino una constante.

Si alguna vez en Azul Azul pensaron en fichar a Eduardo Berizzo habrá que decirles que se olviden. Al que humillaron es su mejor amigo, al hermano del "Toto". Y si antes le hicieron la guerra a uno de sus maestros, Marcelo Bielsa, no hay mucho que decir. Si también pensaron en Gerardo Martino tengan claro que el "Tata" en Rosario ya sabe cómo operan en el CDA de La Cisterna. Porque buenos o malos entrenadores, ese grupo formidable que moldearon Jorge Griffa, Juan Carlos Montes, José Yudica, Jorge Solari y Bielsa en Newell's Old Boys creció respetando valores. Los mismos que los llevaron a salvar el club de la "barra brava", ganar el torneo argentino y llegar a semifinales de la Copa Libertadores.

De eso se trata, de valores. Ah, y no se compran.

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