Planes mal entendidos




Son recurrentes los comentarios que atribuyen a la falta de un "Plan Regulador" el caos urbanístico en diversos barrios y ciudades de Chile. La carencia de buenas plazas, mejores veredas o edificios más bellos también se atribuye a la falta de planificación. Más aún, el causante de la escasa inversión urbana asociada a la movilidad -avenidas o ciclovías- también se le achaca a los planes reguladores en no pocos casos. El problema de fondo es que los planes reguladores, tal como están definidos en nuestro ordenamiento jurídico, son en esencia mera regulación urbana y no planificación. Así es. En estricto rigor, los planes reguladores son regulación urbanística y no planificación urbana. Se controla cómo se desarrollará el stock construido (privado), pero se está lejos de poner sobre la mesa una "visión de ciudad", un plan de inversiones, y menos aún herramientas de gestión para implementarlo. El descrédito de la planificación urbana en Chile, pasa en parte no menor, por un mal entendimiento de la misma. Los planes reguladores fundamentalmente regulan y escasamente planifican la ciudad. Hoy le pedimos a un plan regulador algo que no nos puede dar.

Los planes reguladores se aprueban habitualmente a destiempo de la realidad, con desfases de diagnósticos de hasta 10 años. Desfases que los dejan, muchas veces, obsoletos no solo respecto del desarrollo de iniciativas privadas, sino de los proyectos de inversión pública, de la realidad socioeconómica y también demográfica. La realidad supera con creces al instrumento. Un ejemplo varias veces citado es de la Radial Nororiente, que se encuentra construida; sin embargo, en el Plan Metropolitano, aún está vigente una Radial que no se ajusta a la realidad, cuya necesidad de ejecución es discutible y, más aún, su factibilidad improbable.

Pensemos en el sector eléctrico como punto de comparación. El rezago de las inversiones respecto de la demanda energética no tiene nada que ver con la regulación, sino con la falta de planificación. El sector eléctrico es uno de los más completos y sofisticados en lo que a regulación se refiere, sin embargo, el adelantarse a los escenarios de desarrollo o la definición de inversiones estratégicas, etc., no puede suplirse con regulación.

Asimismo, aún cuando hubiese real planificación urbana, que defina escenarios de largo plazo, con inversiones y gestión de por medio, no podemos descansar en que con la sola planificación nuestras ciudades serán más bellas o estéticas. Es el diseño urbano el llamado a definir y guiar el actuar físico de "públicos y privados", para que nuestros entornos sean bellos y constituyan el marco adecuado para que la arquitectura sea la apropiada a cada lugar.

En resumen, debemos avanzar primero en ponernos de acuerdo en cada concepto. Sin ese acuerdo es difícil no seguir dando pasos erráticos. Con eso claro, veamos cómo podemos perfeccionar nuestra regulación urbanística, cómo podemos implementar verdadera planificación urbana y, finalmente, cómo con la incorporación del diseño podemos agregar calidad, carácter y belleza a nuestros barrios y ciudades.

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