Política actual




El avance conservador llevó a la centro-derecha a su extremo eclesiástico y militar abandonando, definitivamente, el centro político. La Democracia Cristiana, partido histórico de centro, ha desilusionado al votante al ser participe y actor principal del lamentable momento político y económico que atravesamos. Su "peso" se ha desvanecido entre pactos electorales, que sumados al abrazo con los conservadores, en la discusión de la despenalización del aborto en tres causales, sellaron y limitaron el futuro de la Falange en la política nacional.

Desde la Centro-izquierda, Andrés Velasco, avanzaba firme tras haber probado su fuerza en las primarias. A pesar de la decisión -sospechosa- del SERVEL de disolver su partido -que creo la revertirán- queda aún un tema irresuelto para los "Ciudadanos": Dime con quién quien andas y te diré quién eres, en relación con el "salvavidas" recibido. El centro político queda vacío y a merced del oportunismo de minorías, nuevamente.

Por su parte, la motivación conservadora se sustenta en lograr un sitial preferente en la sociedad minimizando a quienes osen a pensar distinto. Son los portadores de la "verdad absoluta" y por ello exigen pleitesía.  Se trata de un "modelo" del que, tarde o temprano, sus adeptos se tornan en víctimas del proceso de depuración en el descarte por determinar quién es el más "santo" de los "santos". Por ejemplo: abordar, con fuerza y rabia temas como la inmigración encuentra adeptos, incluso en el RN Senador Chagúan, quien desentiende que una vez logrado el objetivo contra los inmigrantes latinos vendrán otras comunidades, como la palestina, por ejemplo.

La Democracia Cristiana, por su parte, entregó su "fuerza" política en los pactos que ha participado. La Concertación sirvió a sus propósitos -y el de todos sus adeptos- hasta el Gobierno de Ricardo Lagos. En porfía la DC continuó entregando su capital político, entre pactos, hasta llegar al lamentable momento actual de timidez e "inseguridad" electoral.

La DC tiene la oportunidad de demostrar su "fuerza" participando en solitario en las próximas elecciones. Desaprovechar esta oportunidad es perpetuar su lento camino a la desaparición.

La sinergia entre conservadores e izquierda se alimenta de la histórica lucha que los viejos tercios mantienen. Mientras, nuestros jóvenes y futuras generaciones son capturados por las magnificas historias de un pasado que no ocurrió ó se tornan en víctimas del desaire y desinterés que los motiva sólo a marchar, pero no a votar.

El país polarizado representados por Piñera-Guiller y las viejas consignas de verdades a medias  que aseguran mantener el lamentable curso actual dejan abierta la posibilidad a cualquiera de pasar a segunda vuelta, donde se elegirá al presidente o a la presidenta entre las dos mayores minorías. Es la oportunidad para la DC ó para Velasco ó para quien entienda que Chile necesita cambiar, con medidas prácticas que entreguen soluciones plausibles a necesidades concretas de la mayoría del país.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.