Portazos




EL TRISTE espectáculo que vimos en el Parlamento con el rechazo del informe de la comisión investigadora Sename II, se ha convertido en el ícono más evidente de una forma y una actitud para gobernar. Se trataba de un informe serio, de más de 500 páginas, con un crudo diagnóstico sobre la situación de nuestros niños vulnerables bajo la tutela del Estado y con una batería de medidas para abordar el problema. Pero un párrafo pudo más, aquel que señalaba la "negligencia inexcusable" de la ex ministra de Justicia, Javiera Blanco, en la crisis de este servicio. El portazo en bloque de la Nueva Mayoría al informe -bajo el férreo lobby y monitoreo de tres ministros de Bachelet- fue un portazo en la cara a nuestros niños.

En el oficialismo prefieren protegerse entre ellos que proteger a nuestros menores.

Son esas mismas consideraciones de la política pequeña las que llevaron al oficialismo a otro portazo, esta vez a la propuesta de un gran acuerdo nacional por la infancia, solo por el hecho de que la propuesta provenía del expresidente Piñera. Qué diferencia marcó aquí el exmandatario Ricardo Lagos, al salir públicamente a destacar la necesidad de un gran acuerdo transversal.

Para el resto de la Nueva Mayoría y de La Moneda prima la política por sobre el sentido de urgencia, por sobre la necesidad de unidad y compromiso más allá de las diferencias políticas o ideológicas, para abordar temas que son de tal magnitud que el país entero siente que claman al cielo. Lamentablemente, para La Moneda y la Nueva Mayoría nuestros niños pueden esperar.

Es esta actitud la que tiene destruida a la actual coalición de gobierno. Es esta actitud la que les impidió hacer primarias, la que no los deja tener un ideario común, una propuesta de futuro sólida. No están dispuestos a poner las prioridades de la gente por sobre las consideraciones políticas. No están dispuestos a poner primeros en la fila y en el centro de sus preocupaciones hoy día a nuestros niños.

Recordemos tan solo que hace tres años hicieron una reforma tributaria para obtener recursos para la educación. Paralizaron la economía, comprometieron los recursos solo para satisfacer equivocadas "consignas" de los vociferantes, ni siquiera eso lograron. Los padres ahora esperan con angustia que una tómbola decida dónde estudien sus hijos y los niños del Sename no esperan nada.

Ellos no marchan ni votan. De nuevo las prioridades equivocadas. Ese es el camino que ha hecho que la gran mayoría de la ciudadanía le esté dando la espalda al gobierno, a sus reformas y a la coalición política que las sustenta.

Pero no rectifican y profundizan sus errores y el daño al país. Un solo ejemplo: la irresponsabilidad del ministro de Hacienda lo hace insistir en seguir aprobando proyectos que comprometen gastos sin financiamiento asegurado, por unos US$ 4.000 millones para los próximos tres años.

Esta es la pesada mochila económica y de prioridades olvidadas que recibirá el próximo gobierno. En todo caso, en esta irresponsabilidad: nada para los niños.

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