Programas y educación




Esta columna fue escrita junto a Mirentxu Anaya.

Primeras y compactas impresiones de los programas. Piñera con mayor detalle, el resto por ahora vagas. Esperamos más en contenidos, costos y orden de implementación. No da igual. El orden de los factores sí altera el producto. Omisión: no se asume que mejorar la educación es tarea que trasciende un periodo presidencial y no se vislumbran mecanismos para eso. Tampoco la necesidad de una nueva organización del Mineduc. Si no cambia, podemos tener a Einstein de ministro y no conseguiremos mucho.

Educación inicial: todos proponen aumento de cobertura y calidad, pero nadie menciona la necesidad de aumentar fuertemente la cantidad de educadoras de párvulo. Hemos propuesto, además, flexibilizar las modalidades de atención y crear Centros de Aprendizaje Familiar. Nadie lo hace, y en el tramo de 0 a 3 años lo que se necesita es apoyo a los padres para la crianza, no más salas cuna. Sería un error grave continuar privilegiando esta modalidad.

Educación escolar: estamos de acuerdo con Piñera en permitir el arriendo de inmuebles a precios controlados, ya que en caso contrario, el fin del lucro no funcionará. Él propone aumentar los liceos Bicentenario, pero con mecanismos más inclusivos y privilegiando la formación técnica sin selección, lo cual está bien. Pero ojo: es negativo para los jóvenes que les enseñen a convivir sólo con buenos alumnos o en función del aporte que puedan hacer sus padres. La enseñanza grupal, por tutoría entre pares o aprendizaje basado en proyectos, nos ha demostrado que las cosas se pueden hacer mejor en ambientes integrados. Otro ojo: cambiar la Ley de Inclusión puede significar poner al Congreso en una colisión igual que la de 2014, parando así otras reformas relevantes.

Piñera no se compromete con el fortalecimiento de la educación pública, que NO son 300 liceos. Mayor compromiso declarativo con la educación pública, y con el cambio de modalidades de financiamiento, han mostrado Guillier y Sánchez. Es un punto crucial. Sólo Goic la propone. Piñera anuncia la creación de una Unidad de Innovación Pedagógica y fondos concursables para que todas las escuelas puedan participar. Felicitamos esta iniciativa que apunta al corazón de la calidad. Guillier ha hablado de "revolucionar el aula", pero sin concreción.

Educación Técnico Profesional: Hemos propuesto un sistema de formación dual. Goic ha hecho algunos anuncios. Piñera coincide con su relevancia, además de la posibilidad de magíster técnico-profesionales, eliminando así el status de segunda de los Institutos. Bien. Educación superior deberemos comentarla en otra ocasión.

En suma, estamos optimistas, muchas de las propuestas recojen lo que planteamos hace unos meses en nuestro plan de educación al 2030. Aunque del plato a la boca se cae la sopa. Chile necesita más diálogo y consensos de largo plazo, y menos peleas de área chica.

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