Sistema previsional y disposición a contributiva




Ad portas de que el Ejecutivo envíe su proyecto de reforma previsional, una de las principales incógnitas es cómo se repartirá el 5% de mayor cotización anunciado. Si mayoritariamente irá a las cuentas individuales de los trabajadores o bien a un fondo común que incluiría una componente de reparto. La dicotomía capitalización individual-reparto es, a fin de cuentas, lo que cruza buena parte de esta discusión.

Un reciente estudio elaborado por la Escuela de Gobierno de la UAI indagó, a través de una encuesta, sobre esta dicotomía, las expectativas de jubilación de las personas y su disposición a contribuir según que el sistema de pensiones opere bajo una modalidad u otra. Para no sesgar las respuestas, en lugar de preguntar por "reparto" o "capitalización individual", a las personas se les describió situaciones que capturan la esencia de ambos esquemas. En este contexto, un 60% de los encuestados declara preferir un sistema donde predomine el ahorro individual, contra un 33% que privilegia uno en que prime el reparto.

¿Cómo son las expectativas de pensión de las personas? Altas: en promedio un 95% del último sueldo y con una mayoría de las personas (60%) que considera que su jubilación debiera ser igual o superior a su última remuneración. Estas expectativas no varían según el tipo de sistema previsional –ahorro o reparto- que las personas declaran preferir.

¿Qué ocurre con la disposición de las personas a contribuir para financiar su pensión? Se observa que el esfuerzo contributivo que la gente declara estar dispuesta a efectuar durante su vida activa es significativamente mayor si el sistema operara bajo una lógica de ahorro individual que bajo una de reparto: en promedio, 13% del sueldo contra 8%, respectivamente. Mientras en un esquema de ahorro personal más de un 50% de las personas estarían dispuestas a aportar entre 15% y 20% de su sueldo, en uno de reparto solo un 25% desearía hacerlo. Análogamente, casi un 50% declara querer aportar menos de 5% de su sueldo bajo reparto contra solo un 15% de las personas si el sistema fuera de ahorro personal.

Estas tendencias se mantienen si uno aísla las preferencias personales respecto al tipo de sistema. Quienes declaran preferir un esquema de reparto, señalan también que aportarían 30% menos de su sueldo si el sistema fuera uno de reparto en lugar de uno de ahorro personal. Entre quienes prefieren un sistema basado en el ahorro, esta brecha sube a 85%.

El estudio también indaga sobre el movimiento No+AFP, constatando un alto nivel de adhesión (80%). Sin embargo, entre quienes lo apoyan, la gran mayoría cree que la principal reivindicación no es el volver a un esquema de reparto como el movimiento declara. En efecto, 2 de cada 3 partidarios consideran que la principal demanda es mantener el ahorro individual pero que éstos ahorros personales sean administrados por el Estado o las propias personas.

No cabe duda que el debate político en pensiones y el destino del 5% seguirá estando cruzado por la dicotomía capitalización-reparto. Y en este, además de las objeciones económicas y de sostenibilidad al reparto, es bueno no perder de vista la preferencia de las personas por el ahorro individual y su consiguiente mayor disposición contributiva ante el esfuerzo de mayores aportes que plantea el gobierno.

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