Solo Lavín supera a Lavín




No me vengan con cuentos. No hay nadie más folclórico, despierto, ágil y proactivo que Lavín para sintonizar con el sentir popular. Qué farmacias populares ni ciclovías, el alcalde de Las Condes los supera a todos cuando se trata de implementar medidas rápidas, efectistas y mediáticas.

Solo Lavín es capaz de esperar que caiga la lluvia, paraguas en mano, en el techo del municipio. Solo Lavín maneja un par de drones con parlantes para combatir la delincuencia. Sólo Lavín crea pistas de esquí populares, piscinas con playas de arena, cruces de calle en diagonal y un extenso etcétera que le permite mantener activa presencia en los medios sin necesidad de involucrarse en debates muy elevados o complejos.

Solo Lavín elimina las tareas para la casa, crea el "botón antiportonazo", arma a sus vigilantes con gas pimienta, abre canchas para patinar en hielo y, para no quedarse corto, a la idea de las farmacias populares responde con la "farmacia popular 2.0".

Y por supuesto, solo Lavín convierte al mítico Hotel Ritz, la meca de los cinco estrellas de Santiago, en un albergue de emergencia para los vecinos de la comuna afectados por el corte de energía eléctrica.

¡Te pasaste Lavín!

Lástima que el normal de los mortales no podamos seguir tus consejos. "Alcalde, ¿quién pagará la cuenta del hotel?", pregunta un sagaz periodista. "Pues la misma Enel porque se los voy a descontar del pago que les hacemos todos los meses", responde el edil.

¿Se da cuenta? Ganas no nos faltarían de hacer lo mismo cada vez que falle un servicio. Si se atrasó el vuelo de Latam (lo que no sería ninguna novedad, por cierto), entonces en el próximo pasaje les voy a pagar menos. No tengo señal en el celular, lo descontaré de la cuenta que me llegue. Me salió mala una lechuga, ya verán los del Líder la próxima vez que compre.

¿Parece poco probable, cierto? Pero al amigo Lavín eso no le importa. Sabe que tiene a Enel agarrada del cuello y que la eléctrica no tendrá más alternativa que aceptar su descuento. Son las consecuencias de la débil y tardía reacción que tuvieron ante una emergencia híper pronosticada.

Lo que no me queda claro de este Lavín repotenciado es su objetivo. Porque siempre estuvo claro que su anterior paso por la alcaldía representaba una suerte de trampolín a La Moneda (y que le falló por muy poco). El "cosismo", en ese contexto, no era cualquier cosa. Representó una nueva visión de la política y, de paso, de una nueva derecha, más focalizada en las preocupaciones concretas de los electores que en las divagaciones ideológicas.

¿Pero qué pretende ahora Lavín? Me cuesta pensar que su sueño sea concluir su vida política siendo un recordado alcalde de Las Condes. El apetito político no se satisface así tan fácil.

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