Teleférico y reversibilidad: la ciudad que está en juego
En los últimos días se ha generado una controversia a propósito del teleférico a Huechuraba -más específicamente por su llegada al sector de Providencia en el que se conectará con la línea de metro-, así como por la propuesta del mismo municipio de eliminar la reversibilidad de Avenida Andrés Bello, antigua medida que a juicio de la alcaldía, no tendría ya sentido. En su conjunto, ambos temas tienen la virtud de concentrar la atención en uno de los nodos estratégicos de la movilidad del sector oriente de la ciudad, un sector lleno de potencial, mal resuelto y en el que las prioridades parecen no estar aún del todo claras. En efecto, este nodo generado en torno al mall Costanera Center presenta características particulares: una centralidad cargada de flujos, muchos de ellos vehiculares toda vez que se ha invertido en despejar (en teoría al menos) los embotellamientos que históricamente ahí se han generado, acelerando la llegada de autos desde las comunas del oriente hasta este enclave de oficinas y servicios. Por otro lado, desde el punto de vista del transporte público, concentra buses, metro y, en el futuro, un teleférico en un punto de intercambio nodal mayor. Desde el punto de vista de los servicios, el centro comercial ahí presente atrae una población importante que llega, al menos en una parte relevante, en ese mismo transporte público. Por último, es en términos paisajísticos un lugar estratégico con el encuentro entre el Canal San Carlos y el Mapocho, el parque de borde río, la vista al cerro, etc.
Sin embargo, estos mismos atributos lo hacen complejo de resolver, especialmente si, como se ha dicho, las prioridades no están claras: aquí, como en el resto de la ciudad, deberíamos estar privilegiando los modos sustentables de movilidad (caminata, bicicleta, transporte público); desincentivando el uso del auto privado; dando prioridad al espacio público; generando barrios mixtos y compactos; priorizando la continuidad de las franjas de borde del Mapocho. No ha sido así: las operaciones para resolver la vialidad en el entorno cercano (Costanera Sur, Los Saldes, Costanera Norte) han generado un tejido urbano extraño, obsoleto antes de empezar, inhumano, cortando cualquier relación entre ciudad y río. Tampoco parece razonable el rechazo al proyecto de teleférico porque se trata de una iniciativa que estimulará formas de movilidad correctas. Efectivamente la ubicación de la estación propuesta en el lugar no parece la más adecuada y ese debe ser, sin duda, tema de mayor reflexión. La solución pasa por entender que se trata de un proyecto urbano, un perímetro (desde el metro al río, con el canal, los comercios, los equipamientos) que debe ser pensado en conjunto, como un sistema. No se trata de ubicar una estación, se trata de pensar una pieza urbana en la que habrá una estación (y varias otras cosas).
La reversibilidad, en tanto, es una medida que estimula flujos vehiculares, que desnaturaliza una avenida que debería ser nuestro espacio urbano de mayor calidad, bordeando el río. Parece de toda lógica eliminarla y buscar estimular un cambio en la tendencia del uso del auto por otra: un sistema público, un tranvía por ejemplo, que recorra la ciudad de oriente a poniente por la ribera del Mapocho abriendo este espacio a la ciudadanía, no a los autos. Ya bastantes errores hemos cometido flanqueando el río de vehículos en sus dos márgenes. La invitación es a pensar este sector como un nodo de intercambio, de servicios, de envergadura metropolitana con las prioridades correctas y con una disposición a avanzar hacia una ciudad más humana y amable.








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