Tiempo de hacer las cosas bien




NO HAY  dos voces respecto del magro crecimiento económico de los últimos años. Sí hay disensos respecto de las causas de este fenómeno, aunque es indiscutible que su principal razón son los cinco años consecutivos de baja en el precio del cobre que trajeron consigo una caída en la producción, el empleo y los proyectos de inversión mineros.

Sin embargo, nuestro vecino Perú, igualmente afectado por este fenómeno, ha logrado que la minería mantenga su dinamismo. Entre 2015 y 2016 el PIB chileno creció a un promedio de solo 2%, mientras que el peruano lo hizo en un 3,7, pero durante el mismo período, el PIB no minero de Chile creció un 2,5%, mientras que el de nuestros vecinos un 2,4%. Es indudable el impacto de la minería en la desaceleración de la economía chilena. Lo que nos lleva a nuestra primera conclusión: reactivar el sector minero es clave para volver a crecer y el aumento en su precio genera mejores oportunidades para que ello ocurra.

Hace pocos días dimos a conocer un estudio de Valor Minero realizado por el economista Juan Pablo Medina, que presenta las consecuencias macroeconómicas del desarrollo de la minería en la zona central -RM y V Región. Por mencionar solo algunas cifras, usando menos del 3% de los recursos mineros de la zona, la economía chilena podría crecer un 0,75% adicional al año.

Se trata de un tremendo potencial, pero con una gran complejidad por su emplazamiento en la zona más poblada del país. En este caso, hacer las cosas bien trasciende el desafío de volver a crecer, significa también lograr que éste sea virtuoso, sostenible e inclusivo. Significa enfrentar con información clara y legítima la realidad de los "relaves", la "protección de glaciares", la "disponibilidad y calidad del agua dulce". Esto es particularmente importante para la regiones Metropolitana y de Valparaíso, que en solo ocho años perdieron entre un 20 y un 30% de su masa glaciar; zona en que el cambio climático ha agudizado el déficit hídrico y exacerbado la competencia por el agua disponible. Lo que nos lleva a nuestra segunda conclusión: necesitamos volver a crecer, pero haciéndonos cargo de nuestro desafío de sostenibilidad.

Hacer las cosas bien significa también sentarnos a conversar para convenir una visión de futuro y los pasos requeridos para lograrla. La visión estrecha de la minería como la gallina de huevos de oro, puede correr la misma suerte que la industria del salitre que nació para morir al poco tiempo. Debemos aprovechar las oportunidades que la minería brinda para desarrollar infraestructura que requiere esta región, como también impulsar sectores productivos vinculados a ella, y avanzar hacia la economía del conocimiento. Consideremos que la zona central concentra el 50% de los gastos de Chile en investigación y desarrollo, lo que nos lleva a nuestra tercera conclusión: necesitamos volver a crecer, haciéndonos cargo de nuestros contextos, y con una visión compartida.

A fin de cuentas, Chile necesita crecer y los chilenos debemos definir en qué condiciones queremos hacerlo. Ningún actor, empresa o Estado, por sí solo será capaz de movilizar al país al escenario en el que necesita estar. Hoy debemos crecer con otro estilo que tenga como clave la colaboración, o correremos el riesgo de frustrar nuevamente nuestra oportunidad de desarrollo.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.