¿Vamos a esperar hasta el 2043?




El Foro Económico Mundial (WEF) entregó su Ranking Global de Brecha de Género. Según éste, para que una sociedad y su economía prosperen, es fundamental la paridad de género, es decir, "que se garanticen el completo desarrollo, preparación y competencias de hombres y mujeres". Pero a nivel global ese logro se ve difuso y lejano porque, al ritmo actual, la brecha tardará 217 años en cerrarse, según el mismo informe.

El WEF así saca todos los años a la pizarra a los países, siendo sus avances y retrocesos registrados en función de cuánto mejor o peor lo han hecho quienes se comparan; en este caso 144 economías. En la versión 2017 Chile sube 7 puestos en el ranking, desde el lugar 70 al 63.  Más allá de esta mejora promedio, hay otros resultados que son relevantes de analizar.

Uno de ellos es el puntaje que obtenemos en el ranking de 0,74 puntos, siendo 1 el óptimo. En 11 años de medición, esta cifra ha subido un 9,1%, lo que indica que, a esa velocidad, cerraríamos la brecha de género dentro de 26 años, es decir en 2043.  Un cuarto de siglo es una eternidad en estas lides.

Chile no puede permitir que las mujeres de este país, es decir, la mitad de su población, sigan enfrentando condiciones desventajosas y sus grandes desafíos como indica el mismo ranking están en lograr para ellas una mayor participación política y, sobre todo, mayores oportunidades económicas.

En ese contexto, otro resultado relevante es que Chile cae a un vergonzoso puesto 117, y su peor indicador, refiere a la "Igualdad salarial por similares trabajos", donde ocupamos el lugar 127, al final de la tabla.

Para enfrentar la necesidad de igualdad de participación y oportunidades económicas entre hombres y mujeres, el Foro Económico Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, convocaron el año pasado a Chile, para impulsar la "Iniciativa de Paridad de Género (IPG)" y de esta manera, sumarse a los 4 países pioneros en este tipo de esfuerzos: México, Turquía, Japón y la República de Corea.

La IPG, cuya secretaría ejecutiva fue encargada por estos organismos a ComunidadMujer, consiste en una alianza donde el Estado, las empresas y la sociedad civil, contribuyen colaborativamente a mejorar nuestros indicadores. En definitiva, opera como una aceleradora de procesos que, de otro modo, tomarían décadas.

Con un foco puesto en la participación laboral de las mujeres, la brecha salarial de género y las posiciones de liderazgo femenino y/o altos cargos, la IPG, a la fecha, reúne a un centenar de empresas: 13 de ellas representan al 45% de las sociedades IPSA; cinco a las mineras más importantes de Chile; también se han sumado los principales retailers del país; cinco bancos, que representan más del 50% del mercado financiero; el 75% de las empresas públicas SEP y 27 empresas B.

El desafío es grande y hay voluntad para trabajar por eliminar la mayor cantidad de fuentes de inequidad. Sin embargo, sabemos que el gran salto es cultural y ese debemos darlo todos juntos. Las empresas, por ejemplo, pueden hacer mucho para erradicar sesgos en sus procesos de reclutamiento, selección y promoción de mujeres; impulsar buenas prácticas vinculadas a la equidad de género y el desarrollo profesional en sus políticas de recursos humanos. En definitiva, avanzar en metas que vayan mejorando sus propios indicadores vinculados a la participación laboral de la mujer en todos los niveles de la pirámide ocupacional y, también, en cuanto a la brecha salarial.

Pero, junto con ello, es clave el rol de la política pública, haciéndose cargo de los disímiles costos de contratación entre hombres y mujeres, debido a la paternidad y maternidad y el impulso de la corresponsabilidad en el cuidado como una tarea social compartida.

Los países OCDE que exhiben mejores indicadores de participación económica femenina, han comprendido que esta mayor inclusión y equidad de género trae crecimiento y desarrollo para los países y los mercados financieros, con índices como el Dow Jones de USA, también están dando señales cada vez más relevantes de que se requiere avanzar con decisión.

El Foro Económico Mundial y el BID han destacado la IPG de Chile como un ejemplo exitoso de colaboración público-privada, que ya se está expandiendo a otros países de la región: Argentina, Perú, Panamá. Seguiremos trabajando para que esta iniciativa pueda lograr avances concretos y de este modo revirtamos los magros indicadores económicos que tenemos hoy. Un cuarto de siglo es mucho esperar, si podemos acelerar la marcha.

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