Aportes y riesgos de una educación digitalizada: tres pros y tres contras de los cambios vividos en los últimos años

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Sebastián Marambio (34) es profesor de matemáticas de la Universidad Finis Terrae y licenciado en Gobierno de la Universidad de Harvard. Actualmente dirige el Centro de Innovación del Ministerio de Educación. Respecto del proceso de digitalización de la educación chilena, ve avances y también amenazas. Este es su diagnóstico.


Los aportes:

Acceso a la información: "Hoy, por primera vez en la historia de la humanidad cualquier persona puede aprender lo que quiera gracias a internet. Todo el conocimiento del mundo está disponible de forma instantánea y su acceso se ha democratizado. Es algo que no lo apreciamos tanto, pero ha sido una revolución tan importante como la invención del libro. Gracias a eso podemos trabajar de forma colaborativa, aprender qué está pasando al otro lado del planeta y hablar con cualquier experto. Hoy tienes los mejores cursos de las mejores universidades del mundo disponibles gratis en internet e incluso puedes obtener certificados de estudios. Hay foros donde uno puede presenciar debates entre personas. Todo lo que imaginamos o las preguntas que enfrentamos y queremos entender, alguien ya las está discutiendo en internet".

Aprendizaje personalizado: "Hay herramientas digitales que permiten que los estudiantes puedan aprender a su propio ritmo, necesidades e intereses. Hay evidencia e investigaciones que muestran que plataformas online para aprender matemáticas, como Matific, pueden tener un impacto muy significativo, porque logran atender las necesidades específicas de cada estudiante. Se adaptan a ellos. Si a alguien le cuesta más entender la multiplicación de números de dos dígitos, el software se va a dar cuenta y le va a ofrecer más ejercicios prácticos antes de pasar a la operación de tres dígitos. Por el contrario, si lo resuelvo rápidamente me va a ofrecer continuar con el siguiente aprendizaje, lo cual es más motivante para el alumno".

Equiparar la cancha para personas con discapacidad: "La tecnología es una puerta de acceso para muchas personas que tienen discapacidad. Desde el año pasado, el programa de entrega de computadores que tenemos con Junaeb entrega pantallas grandes a niños con baja visión. Hay alumnos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica que están desarrollando un software para personas sordas, que va traduciendo lo que el profesor dice y lo muestra en la pantalla del celular por escrito, como subtítulos en tiempo real. También hay softwares para leer lenguaje de señas: mediante la cámara reconocen lo que dicen y le permiten comunicarse con alguien que no lo habla. Ese tipo de acceso ayuda a reducir las barreras de comunicación para que puedan acceder a la educación. Si uno no puede comunicarse es muy difícil desarrollar el resto de las actividades y no pueden aprender en el colegio".

Los riesgos

Cerebros distraídos y apagados: "Los dispositivos electrónicos y el internet son una puerta que puede alejar a los estudiantes de actividades más provechosas. Queremos que estén desafiados, pensando y constantemente utilizando su cerebro, sobre todo en los primeros años de vida, para que desarrollen nuevas conexiones neuronales y puedan trabajar el cerebro como un músculo que vaya creciendo. Pero la tecnología puede apagarles el cerebro, hay que evitar que se transforme en entretención hipnotizante. Cuando un niño está llorando y le pasan el celular para que deje de llorar y esté tranquilito, está así porque su actividad cerebral baja a cero. Hay estudios que muestran que ver el celular es peor que estar durmiendo en términos de actividad cerebral. No sabemos qué pueden generar esos comportamientos desde edades tempranas, pero probablemente no sea nada bueno. Esto es un riesgo, porque afecta en la educación y puede limitar las capacidades de desarrollo intelectual de los niños".

Convivencia escolar: "La digitalización abre un espacio para conductas indeseadas que socialmente y fuera de este ámbito manejamos bien, como ser amables con otros o respetar sus intereses, pero no así en lo digital: aquí uno se puede esconder detrás de un seudónimo o avatar. Eso se puede prestar para exacerbar conductas antisociales que pueden generar mucho daño en los niños. El internet ha hecho que sea más fácil hacer bullying o compartir información privada, y eso puede terminar hiriendo a otros estudiantes. Recordemos el caso de Katy Winter. Por eso, es muy importante formarlos en lo que llamamos 'ciudadanía digital'. Es decir, normar el uso de la tecnología y educar para tener una buena convivencia escolar, que se traduce en buena convivencia dentro del colegio y fuera de él".

Burbujas de información: "Un elemento fundamental para aprender es la contraposición de ideas, que un estudiante tenga la posibilidad de debatir, ver puntos distintos y sopesar los argumentos. Hay tanta información en internet, que si solo se nos muestra la que confirma nuestras opiniones, eso va perjudicando la posibilidad de entender los debates con mayor profundidad. La persona puede quedar entonces con una imagen simplificada del mundo. Si no crees en el cambio climático, seguramente Facebook e Instagram te van a mostrar personas que tampoco creen, pese a lo que diga la ciencia. Ese es el riesgo de las redes sociales y tenemos que estar muy conscientes de esos sesgos. Por eso, el rol de los profesores es enseñarles a sus alumnos profundizar siempre un poco más y evitar la información falsa. Tampoco es que el riesgo sea mayor dentro del colegio que afuera, pero es fundamental que ese establecimiento le haga frente a esto: que los profesores eduquen conscientes de que son sesgos reales y que es importante que tengamos visiones contrastadas y balanceadas".

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