Las rostros más jóvenes en el liderazgo de grandes corporaciones internacionales

Tesla CEO Elon Musk visits the construction site of Tesla's Gigafactory in Gruenheide near Berlin, Germany, August 13, 2021. Patrick Pleul/Pool via Reuters

Probando más temprano que el promedio sus habilidades para los negocios, este grupo ha ocupado los más altos cargos de empresas que fundaron o a las que llegaron todavía siendo jóvenes. Creatividad, innovación tecnológica y administrativa y, en ocasiones, un agresivo trato con la competencia, es lo que les ha permitido llegar prontamente a la cúspide de sus respectivas industrias.


Mark Zuckerberg

CEO y fundador de Facebook con 37 años

“Cuando recién hicimos el lanzamiento de Facebook esperábamos que llegara a quizá entre 400 o 500 personas (…). Ahora estamos en cientos de miles y quién sabe hacia dónde vamos”, así se refería en 2004 Mark Zuckerberg a su naciente negocio que, de acuerdo a los más recientes resultados, cuenta con casi 3.000 millones de usuarios activos mensuales alrededor del globo.

Cuando hizo esa presentación a sus 20 años en CNBC lo acompañaba otro joven que contaba sobre su sitio web de citas. Lástima para este último, no fue parte del selecto grupo que llegó a la cima de Internet, como sí lo logró Zuckerberg, quien a sus actuales 37 años amasa una fortuna de US$128.000 millones, la quinta más grande del mundo.

Pero para ocupar ese sitial no solo bastó la genialidad como programador computacional. Zuckerberg demostró prontamente ser muy hábil para el manejo de su negocio, lo que incluye una habilidad para lidiar con su competencia.

Desde el origen, supo dejar atrás a los compañeros con los que partió el proyecto que hoy se configura como una corporación de más de un billón de dólares en valor de mercado. Asimismo, cuando la supremacía de Facebook se ha visto amenazada, ha salido al frente para defenderá.

Así, a dos años de su nacimiento supo ver el valor de Instagram y en lugar de preparar el terreno para una confrontación directa, la compró en 2012 por US$1.000 millones. Más tarde en 2014, cuando los servicios de mensajería eran la gran novedad, WhatsApp está a la cabeza y la adquirió por más de US$16.000 millones.

Fue el ingreso de esas dos aplicaciones al imperio Facebook, además de la “imposición de condiciones anticompetitivas a los desarrolladores de software para eliminar las amenazas a su monopolio”, las que le valieron la primera demanda por “monopolización ilegal”, que interpuso en diciembre de 2020 la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos.

Aunque en esta batalla el tablero ya está a favor de Zuckerberg, luego de que un juez federal desestimara la acusación por falta de pruebas en junio, el joven magnate aún no gana la guerra. Además de tener que volver a enfrentarse a la FTC que la semana pasada volvió a la carga con una nueva demanda, el padre de Facebook tendrá que demostrar sus fortalezas y habilidades para encarar un creciente escrutinio global por la propagación de fake news y el uso de los datos de sus usuarios.

Daniel Schwartz

CEO de RBI, matriz de Burger King, 40 años

Como el “CEO Millennial” se le referenció a Daniel Schwartz en los medios cuando en 2014, a sus 32 años, llegaba a la cima de Restaurant Brands International (RBI). Aunque no tenía una sola experiencia trabajando en ese rubro, había confianza en las habilidades gerenciales que demostró desde que a sus 24 años fue contratado por 3G Capital, firma de inversiones brasileña que en 2010 pasaba al control de Burger King y con ello formaba RBI, donde Schwartz partió como CFO para que dos años más tarde asumiera como CEO.

Aunque se trataba de la segunda cadena de hamburguesas más grande del mundo, con una historia que data desde 1953, la empresa la recibió en un estancamiento que contrastaba con el crecimiento a dos dígitos que tenían en ese mismo momento competidores como Chipotle.

Schwartz tomó cartas en el asunto convencido de que “si deseas cambiar algo o si realmente quieres influir o impactar a alguien, debes estar en el mercado de esa persona, estar con ellos cara a cara”. Así, en terreno, vio el problema y procedió en consecuencia, simplificando un menú que resultaba confuso y desplegando un proceso más riguroso para seleccionar e implementar lanzamientos de nuevos productos.

Su juventud y apuesta por los cambios también ha quedado plasmada en una administración atípica en el estructurado engranaje que caracteriza a la industria de comida rápida. Por ejemplo, en RBI se eliminaron los títulos. “Pasábamos mucho tiempo hablando de ellos y la gente se comparaba con otros que habían sido promovidos”, contó en una entrevista con The New York Times. En una línea similar, en el centro de operaciones no existen oficinas. “Tenemos un plan de piso abierto, el cual crea un entorno que nos permite movernos más rápido”, indicó.

Esta moderna cultura no ha impedido que la multinacional valorizada en casi US$29.000 millones tuviera una actitud agresiva en el mercado. Así, el mismo año que Schwartz asumió como CEO se adquirió Tim Horton, una tradicional cadena canadiense de café que desde entonces se populariza por el mundo al punto que este mes se abrió a bolsa en China.

RBI volvió a crecer de manera importante cuando en 2017 adquirió por US$1.800 millones la cadena de restaurantes Popeyes Louisiana Kitchen, una competencia directa de Burger King. “Con esta transacción, añadimos una marca que tiene una posición destacada con un enorme potencial de crecimiento tanto en Estados Unidos como a nivel internacional”, señaló Schwartz en ese momento.

Linda Rendle

CEO de Clorox con 43 años

“No me vi a mí misma como una directora ejecutiva”, reconocía en junio pasado en entrevista con San Francisco Business Times Linda Rendle, que asumió como CEO de Clorox en pleno apogeo pandémico de productos de limpieza.

“Parte de la razón por la que no me veía ahí es porque soy una gran introvertida, prefiero leer que hacer cualquier otra cosa”, recordaba Rendle, quien también consigna que: “En mi propio viaje aprendí que ser un buena oyente era realmente muy importante y que ser introvertida podría ser una ventaja”.

En efecto, a diferencia de Zuckerberg y Schwartz, esta licenciada en Economía de la Universidad de Harvard, tuvo que hacer un recorrido más largo para llegar a la cima. Tras pasar por Procter & Gamble, llegó a la compañía que ahora lidera como analista de ventas senior en los negocios de carbón e insecticidas y en su asenso le tocó supervisar todas las funciones globales: marketing, ventas, suministro de productos, investigación y desarrollo y tecnología de la información.

Es esa experiencia la que respalda a Rendle, quien a sus 43 años debe enfrentar el futuro de Clorox en la era postpandémica, donde el interés por sus productos languidece poco a poco. El desafío es de marca mayor. En el segundo trimestre del año las ventas disminuyeron 10%, la mayor moderación desde 2000, arrastradas principalmente la baja de 17% salud y bienestar, que incluye a los preciados productos que en pandemia se usaron masivamente para desinfectar el hogar.

“Predecir una pandemia es como predecir el viento”, sostuvo recientemente Linda, que ante esta realidad vuelve a procurar escuchar, asesorándose con sus ex jefaturas e incluso por amigos y familias, según comentaba al mencionado medio de negocios. “Tiendo a escuchar con atención a los sentimientos emocionales, no solo a los lógicos. Eso me ha ayudado muchas veces”, indicaba.

De esta manera, pese a que la acción de la firma desciende 29% a US$168,45 desde que alcanzó su máximo hace poco más de un año, Rendle se muestra confiada y hace sus apuestas. “Nuestras inversiones en comercio electrónico, personalización basada en datos e innovación también están dando sus frutos. Casi hemos duplicado nuestro comercio electrónico en los últimos dos años, estamos experimentando niveles más altos de participación de los consumidores y nuestra innovación se ha convertido en un contribuyente cada vez más significativo al crecimiento de los ingresos brutos”, sostuvo en el comunicado de los más recientes resultados de la empresa.

Sundar Pichai

Ceo de Alphabet, matriz de Google, con 49 años

“Estamos trabajando en una ciencia de la computación más profunda y en la inteligencia artificial de una manera en la que puedas hacer avances reales, para luego tomar ese conocimiento y aplicarlo de manera práctica para ser útil, ya sea en momentos simples o decisivos”. Con esa visión y con 49 años de edad, Sundar Pichai encara hoy el futuro de Alphabet.

Su mirada sobre la computación, compleja para su desarrollo pero simple para ofrecerla a los usuarios, es lo que hizo que el mundo de las grandes tecnológicas se rindiera a sus pies tempranamente en su carrera. Después de todo, Pichai fue la pieza clave en el desarrollo de Chrome, el navegador que lanzó Google en 2008 y que consolidó su liderazgo global como motor de búsqueda de Internet.

Con estos antecedentes, este talento que arribó de la India para estudiar un máster de ingeniería de los materiales en la Universidad de Standford, estuvo en la mira de Twitter y Microsoft para asumir cargos de liderazgo, pero Alphabet logró retenerlo no solo a punta de suculentos bonos, sino que también entregándole más responsabilidades.

Así, tras también haber participado en los equipos de Gmail, Google Maps y Chrome OS, en 2013 asumía su primera posición relevante en la compañía, como jefe de productos. Fue nombrado en ese cargo directamente por Larry Page, uno de los fundadores de Google.

“Estamos trabajando en una ciencia de la computación más profunda y en la inteligencia artificial de una manera en la que puedas hacer avances reales, para luego tomar ese conocimiento y aplicarlo de manera práctica para ser útil, ya sea en momentos simples o decisivos”, señalaba Pichai en una conferencia al poco tiempo de asumir.

Su mirada siguió convenciendo tanto a Page como a Sergey Brin, el otro fundador, al punto que cuando decidieron dar un paso al costado, no tuvieron dudas respecto a quién pasarle la posta. “Alphabet y Google ya no necesitan dos CEO y un presidente. A partir de aquí, Sundar será el CEO de Google y Alphabet”, informaron en septiembre de 2020 cuando el joven indio se quedó con la jefatura de todo el imperio

Desde 2017 ya había asumido el cargo en Google, donde no todo ha sido color de rosa. “Google ha dejado a millones de usuarios de Android y desarrolladores de aplicaciones sin más opción que usar Google Play Store. Esto está elevando los precios a los consumidores y agotando a millones de pequeñas empresas que intentan competir”, señaló Letitia James, fiscal general del Estado de Nueva York, en la más reciente arremetida judicial contra la compañía.

Aunque Sundar Pichai no ha resultado tan convincente en la defensa con la que confronta a un decidido mayor escrutinio de las autoridades contra las grandes tecnológicas, sigue destacando su visionaria manera de administrar a Alphabet.

“Nuestra visión es que el mundo que tenemos hoy, en el que prevalece el teléfono móvil, dé paso a un mundo basado en la inteligencia artificial durante muchos años”, señalaba recientemente Pichai en una exposición.

En términos más concretos, la innovación en la que se concentra actualmente es Google Home, a la cual – de acuerdo a lo que él reconoce – todavía le faltan años de desarrollo para que funciones perfectamente. De todas maneras, Pichai ya tiene un norte. Dejando atrás su infancia en un humilde hogar en India, hoy pretende que los usuarios accedan a una nueva forma de interacción con la web desde sus hogares, pudiendo conectar no solo desde televisores y teléfonos móviles, sino también desde diversos artefactos.

Elon Musk

CEO y fundador de Tesla y Space X con 50 años

Tesla CEO Elon Musk gestures as he visits the construction site of Tesla's Gigafactory in Gruenheide near Berlin, Germany, August 13, 2021. Patrick Pleul/Pool via Reuters

Un hombre ordinario que eligió ser extraordinario, que preferiría cometer seppuku (suicidio japonés) antes que fracasar y que le gustaría recibir nutrientes para no sentarse a comer y trabajar más. Según sus propias palabras, esa persona es Elon Musk, la mente creativa que vendió su primer programa computacional con tan solo 12 años, para no detenerse en el mundo de los negocios hasta convertirse a sus 50 años en el hombre más rico del mundo, con un patrimonio de US$192.200 millones.

Aquella primera venta, consignada por CNN en un documental sobre multimillonarios de 1999, no fue un simple golpe de suerte. Los negocios de estas características continuaron en el tiempo, con la creación antes de que cumpliera 25 años de Zip2, una compañía de servicios de internet para empresas de comunicación que vendió por US$ 300 millones a AltaVista; y de PayPal, el principal sistema de pago por internet que vendió a eBay por US$ 1.500 millones.

Pero sin lugar a dudas las corporaciones que fundó y que todavía tiene bajo su control, son las que ya le permiten quedar grabado en la historia no solo del mundo corporativo, sino que también de la humanidad.

“Cuando Henry Ford fabricaba automóviles fiables, la gente decía: ‘No, ¿qué le pasa a los caballos?’ Pero esa fue una gran apuesta y funcionó”, relató Musk en una conferencia, que también habla mucho de su propio desarrollo como creativo.

El sudafricano que viajó a Estados Unidos para estudiar administración de empresas y física en la Universidad de Pensilvania y abandonarla para dedicarse a los negocios, fundó en mayo de 2002 SpaceX, la firma que irrumpió en una industria monopolizada por los estados para inaugurar los viajes espaciales privados a nivel mundial. Un año más año tarde sería el turno de Tesla, que nace cuando la electrificación no estaba en las prioridades para convertirse en la primera multinacional de autos electrónicos del globo.

Aunque ambas compañías han luchado por lograr rentabilidad, hito que la automotriz consiguió por primera vez apenas el año pasado, lo cierto es que los inversionistas parecen estar cautivados por la irreverencia de su líder, que con sus cotidianas interacciones en twitter y jocosos episodios, como aquel que lo muestra fumando marihuana en un programa en vivo, se ha convertido en todo un personaje de culto.

Envuelto de vez en cuando en polémicas, como las relativas a sus públicas apuestas por diversas criptomonedas, lo cierto es que la genialidad creativa de Musk sigue en marcha. ¿Su última gran idea? El Tesla Bot, un robot humanoide que podrá ocuparse de tareas “arriesgadas, repetitivas y aburridas”, según el mismo lo describió.

Ante estas ideas muchos analistas llaman a la cautela. En otras ocasiones el magnate ha presentado iniciativas que tardan largos años en concretarse, como un camión autónomo anunciado en 2017 que con suerte vería la luz en 2022. Sin embargo, con sus grandes credenciales y solo 50 años, lo cierto es que Musk tiene margen para demostrar que puede concretar esta creación y muchas más.

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