La villana: entretención innecesariamente complicada

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Nunca es pecado hacer una historia con giros sorpresivos. Lo que es un error es hacer una historia tan gratuitamente complicada.


La villana, dirigida por Byung-gil Jung, comienza con una de esas escenas de acción que quedan grabadas en la retina. Una batalla feroz filmada en primera persona. Disparos y peleas con cuchillos que pronto darán paso a la posibilidad de conocer a la autora de esta masacre, Sook-hee, una vez que ha sido detenida y puesta bajo vigilancia por el servicio secreto del país. Vía flashbacks conoceremos la vida y las motivaciones de esta mujer. Sabremos de su amor perdido, de su sed de venganza y de cómo es entrenada para servir a los intereses nacionales a cambio de su vida.

Si hablamos de escenas de acción, aquí tenemos por montón. Y si hablamos de cinefilia, encontramos a destajo: desde Nikita (La villana bien podría ser un remake no autorizado) pasando por Kill Bill, Lady in the Snowblood y Oldboy. La suma de lo anterior hace que en la columna de entretención esta cinta salga bien parada. Donde todo decae es en la historia misma.

Nunca es pecado hacer una historia con giros sorpresivos. Lo que es un error es hacer una historia tan gratuitamente complicada. Con la idea de hacerla "más inteligente" la historia se torna inescrutable, y cada vez que comienzan las conversaciones y los flashbacks explicativos, solo queremos volver a la acción descerebrada y escapista. Byung-gil sabe manejar la acción (aunque se le escapa a ratos lo verosímil), pero donde se extravía por completo es en el control sobre sus personajes y la conexión necesaria con el espectador, porque, siendo sinceros, poco nos importa lo que les pase.

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