Que nadie diga que a Robert Smith le gusta mimar a la prensa, precisamente. Era la noche del 29 de Marzo recién pasado y se realizaba en Nueva York la ceremonia de inducción al Rock and Roll Hall of Fame. Entre los homenajeados Janet Jackson, The Zombies, Radiohead, Roxy Music, Def Leppard, Stevie Nicks y The Cure; una sobre ventilada reportera escogió a la persona incorrecta para compartir un saludo estándar en la alfombra roja del evento.

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"¡Estoy feliz de conocerlos! Felicitaciones, The Cure. ¿Estás tan emocionada como yo?", le dijo Carrie Keegan a Smith, líder de la banda, quien visiblemente incómodo respondió con un demoledor: "Por cómo lo dices, no". Luego, unos segundos de silencios que no lograron resquebrajar la estoica sonrisa de la entrevistadora. Ni tampoco modificar la expresión de hastío del entrevistado, que igualmente aclaró que "quizás era muy temprano para estar así de emocionado". "Tal vez, necesitamos algunos tragos", intentó por última vez Keegan. "Ni Dios lo quiera", respondió Smith.

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Mejor se debe de haber sentido con las palabras de un emocionado Trent Reznor (Nine Inch Nails), quien dijo en la presentación de la banda ese día: "No había escuchado nada igual antes (…) He pasado toda la vida sufriendo por el hecho de sentir que no encajaba o que no pertenecía a ningún sitio (…) Al escuchar(los), de golpe sentí esa conexión, por lo que ya no podía sentirme solo en este mundo".

Un sentido discurso que habla de la importancia de la música de The Cure, junto a esa imagen inconfundible que los biógrafos de Smith, Brian Dray y David Bowler, definieron como un "recurso fácil en los guionistas de cine y televisión al momento de caracterizar jóvenes confusos". Ya se sabe, pelo escarmenado, labios mal pintados y esa expresión entre infantil y perversa que, el año pasado era puesta en duda por su propio autor, a propósito de la celebración de los 40 años de la banda.

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En aquella ocasión, el vocalista, guitarrista y único miembro original de The Cure dijo que su característica apariencia en el escenario era una pantomima y una buena forma de sobrellevar una piel excesivamente pálida. Nada parecido a un buen plan de promoción, aunque nada que no se haya visto antes en el hombre sin Carta Gantt. Si no lo creen, asómense por acá y lean las peripecias de los últimos 15 años de un hombre con el mejor de los planes: no tener ninguno.

Las 4 P del Marketing

Digamos que nadie tiene que hacerse responsable de sus fans, ni de quien fotocopia música y/o estilo. Sino que lo digan Fiona Apple, Mano Negra o Led Zeppelin. Además la promoción siempre es importante mencionará el manager de turno y mira que jamás ha hecho mal una palmadita sincera en la espalda.

Quizás por ello fue que The Cure, responsables de tanto clon dando vueltas por ahí, estaban sentados recibiendo el premio MTV Icon en 2004, viendo cómo admiradores sinceros como Deftones o dudosos como Blink 182, rehacían su repertorio. Era por aquella época, además, cuando la banda se ponía de nuevo en plan comercial, luego del interesante, pero poco accesible Bloodflowers (Fiction, 2000).

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Con la producción de alguien inesperado como Ross Robinson (Limp Bizkit, Korn), The Cure (Geffen, 2004) se apuntaba como el regreso a los charts, pero la escasa inspiración del álbum poco ayudaría a ello. Luego, un nuevo cambio de timón inesperado, dejó algunos damnificados en el camino (Perry Bamonte y Roger O'Donnel), reingresando Porl (ahora Pearl) Thompson en guitarras, eliminando los teclados y transformando al grupo en un cuarteto de rock furioso.

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Las buenas críticas a las aplastantes actuaciones en vivo, no tuvieron una continuación con 4:13 Dream (Geffen, 2008), un disco más bien tibio, donde el cancionero tampoco daba la talla. ¿Alguien dijo cambios? Debido a la salida de Thompson para dedicarse a la pintura, el señor del escarmenado eterno, como es costumbre, se encogió de hombros, se comió su Carta Gantt y comenzó el zigzagueante camino que nos lleva en 2019 a su anunciado nuevo disco. O no.

Reingeniería

En 2011, los sobrevivientes del nuevo terremoto en The Cure eran, además del jefe, el eterno Simon Gallup en el bajo y Jason Cooper en la batería, sumándose por tercera vez Roger O'Donnell en los teclados. Con ese formato de cuarteto, presentaron el espectáculo "Reflections" en Sydney, Londres, Los Angeles y New York, donde tocaron íntegros los 3 primeros discos de la banda (Three imaginary boys, Seventeen seconds y Faith) y tuvieron de invitado especial al fundador Lol Tolhurst, quien se fuera enemistado (y con juicio legal posterior) en 1988.

El año siguiente se estableció la formación que continúa hasta hoy, con la incorporación de Reeves Gabriels, estrecho colaborador de David Bowie en los 90s, como guitarrista. Una alineación, con la que Smith dice sentirse cómodo ("cosa que hace tiempo no sucedía en este grupo") y que se ha prodigado en giras caracterizadas por la generosidad del repertorio. Así, cuando la cosa está medio floja sólo tocan 2 horas y media, interpretando casi 30 canciones; mientras que en los momentos inspirados, el setlist bien puede sobrepasar los 40 temas, como sucedió para el debut de la banda en Chile en Abril de 2013.

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Esta actividad en vivo no ha tenido un correlato en la publicación de música, donde sólo se ha sabido de un cover para "Hello, Goodbye" en el disco tributo The Art of McCartney (Arctic Poppy, 2014) con la presencia medio anecdótica del vástago de Paul, James. Igualmente, Smith como solista sí ha dado señales de vida en soundtracks de películas de Tim Burton, en colaboraciones con Crystal Castles o The Twilight Sad y, últimamente, en una nueva versión de "Pictures of you", junto a Quartet Volute para el documental Dead good.

https://www.youtube.com/watch?v=uDxDW9jEjHg

Si bien en 2016 estrenaron en vivo un par de canciones como "Step into the light" o "It can never be the same", la supuesta aparición de un disco nuevo se hizo un espacio en el cajón de las promesas incumplidas junto a 4:14 Scream, con material que no alcanzó a ser grabado en 2008; el DVD del show "Reflections"; las reediciones de Wish (Fiction, 1992) y los álbumes posteriores; y un documental dirigido por Tim Pope (que incluía grabaciones de la gira a Sudamérica de 2013) sobre la carrera de la banda.

https://www.youtube.com/watch?v=-mXTg825C6Q

Seamos justos y digamos que entre lo efectivamente cumplido, sí salió el año pasado Torn Down, complemento a la reedición de Mixed up (Fiction, 1990), con nuevos mezclas para material antiguo hechas por el propio vocalista. Así como también son efectivas las presentaciones para celebrar los 30 años del clásico Disintegration (Fiction, 1989) en Australia y Estados Unidos durante 2019, junto con una nueva gira por festivales europeos en el verano del hemisferio norte.

¿Y el disco nuevo? Por lo menos, se lo veía bastante seguro a Smith cuando hace algunas semanas aseguró a Rolling Stone que "quizás en Halloween", saldrá un material que será "muy oscuro e increíblemente intenso", con canciones de 10 a 12 minutos que, "les encantarán a nuestros fans y probablemente enfurecerán a todo el resto". Aunque, digamos, también ha estado de lo más confiado cuando ha mencionado los planes en los años anteriores. Qué mejor para aclarar todo que las palabras de un cercano (expulsado y reintegrado) como Roger O'Donnell, quien hace algunos años tuiteó: "¿Cuántas veces tiene que decirles que nunca crean una palabra de lo que él dice?".

Foto portada: Michael Putland / Getty Images.