Sin duda, uno de los matrimonios más comentados y polémicos de la cultura pop, fue el de Michael Jackson y recién fallecida Lisa Marie Presley.

A mediados de los noventas, la hija del Rey del Rock empezaba una nueva vida junto al Rey del pop. La realeza musical se unía en un evento que hizo gala de su total fuerza mediática. “Mi nombre de casada es señora Lisa Marie Presley-Jackson. Estoy muy enamorada de Michael, dedicaré mi vida a ser su esposa. Le entiendo y le apoyo, ambos tenemos la ilusión de crear una familia y vivir juntos una vida feliz y saludable”, a través de ese comunicado de prensa, los rumores que venían rondando se esclarecían y se confirmaban.

Michael Jackson y Lisa Marie Presley-Jackson en agosto de 1994. REUTERS/Stringer/File Photo

Para todo el mundo resultaba sospechoso y oportuno el matrimonio que iniciaba el 26 de mayo de 1994. Se trataba de uno de los artistas más populares de la época con la hija y heredera del rey del rock, Elvis. Más aún cuando ella daba el sí apenas veinte 20 días después de terminar su relación con Danny Keough, padre de sus dos hijos.

Lisa y Michael se conocieron por primera vez en Las Vegas, cuando ella tenía seis años y él 16. En esos días, Jackson se presentaba junto a sus hermanos y Lisa acompañaba a su padre en uno de sus farónicos shows en la “Ciudad del Pecado”.

Se reencontraron en 1993, cuando ella ya estaba casada. Así comenzarían una relación de conversaciones de temas que los unían como: infancias pocos convencionales, estar en el ojo del huracán y ser perseguidos por los medios.

Pero las cosas se complicaron. Ese mismo año, Michael Jackson sería acusado por Evan Chandler de haber abusado de su hijo de 13 años. Era el escándalo internacional de la época y el denominado “Rey del Pop”, era cuestionado por siempre estar rodeado de menores de edad y tener conductas sospechosas.

Por eso, cuando en 1994 cuando Lisa Maria Presley anunció su nueva relación con Jackson, la prensa empezó a especular que era un matrimonio falso y un lavado de imagen del cantante.

Pero poco importó. La boda se llevo a cabo en República Dominicana y estuvo lejos de ser romántica; ambos vestidos de negro, con un traductor y solo con testigos. “La ceremonia no fue algo bueno. La sentí vacía, como todo lo demás en mi mundo”, revelaba la estrella del pop.

Los cuestionamientos no tardaron en llegar y Lisa defendía su nueva relación. “Nunca fui una mujer que siguiera la norma, me gustan los tipos extraños, los que caminan por el borde, los que viven en el borde, los que tienen fuego en su interior. Ése, para mí, era Michael”. La pareja no se dejaba ver recurrentemente en el ojo del público, apariciones en los MTV Awards y en el videoclip de la canción You Are Not Alone, fueron dos de los momentos más recordados hasta hoy.

Luego de 20 meses, el divorcio se hizo oficial en 1996. La razón que sonó más fuerte en ese entonces, fue que Lisa era testigo de las adicciones de Jackson, reflejo de lo que había sido su infancia con su padre. Además, Michael tenía las intenciones de comenzar una familia y los bebés no llegaban. Así, Jackson le habría dicho a Presley que una enfermera, Debbie Rowe, tendría sus hijos.

A finales del 1995 el matrimonio era casi inexistente y en algún momento de diciembre de ese mismo año, Debbie Rowe se quedó embarazada. Aunque en marzo sufrió un aborto espontáneo, luego quedó encinta. Así se casaron y en febrero del 97 nacería su primer hijo, Prince Michael Jackson I.

Lisa Marie siempre defendió que su matrimonio con Michael fue real, una historia de amor en toda regla digna de la princesa que era. En el libro Michael Jackson, de J. Randy Taraborrelli, amigo íntimo del cantante, Presley afirma: “Me creí que no había hecho nada malo y que lo estaban acusando injustamente, y también me empecé a enamorar de él. Quería salvarlo y sentía que podía hacerlo”.

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