Músicos y artistas convocan a una multitud en el Museo de la Memoria

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Desde las 15.00 horas comenzó a congregarse gente en la explanada del museo.

De acuerdo con cálculos de los organizadores, alrededor de 10 mil personas llegaron hoy al acto de desagravio. La actividad fue un apoyo al museo y a las víctimas tras las críticas del ex ministro Mauricio Rojas.


"Todo mi amor está aquí y se ha quedado pegado a las rocas, al mar, a las montañas". El verso de Raúl Zurita, que integra el Memorial del Detenido Desaparecido y el Ejecutado Político, se escuchó hoy en el frontis del Museo de la Memoria, en el acto de desagravio convocado por artistas y agrupaciones de derechos humanos y que convocó a cerca de 10 mil personas, según los organizadores.

La actividad fue realizada en apoyo al museo dedicado a las víctimas del régimen militar, y abiertamente en rechazo a las palabras del ex ministro de las Culturas Mauricio Rojas, quien se refirió a él como "un montaje".

Publicadas en Diálogo de Conversos, su libro de conversaciones con el actual canciller Roberto Ampuero, sus opiniones fueron reproducidas por La Tercera y provocaron una respuesta prácticamente unánime del mundo de la cultura y los derechos humanos.

La controversia se transformó en un problema político que abrió divisiones entre los partidos del oficialismo y culminó con la salida de Rojas el lunes pasado.

"Todo mi amor está aquí", dijo Javiera Parada, una de las organizadoras al comienzo del acto, cerca de las 15.30, cuando el sol se sentía fuerte sobre la explanada del museo. "Quiero invitarlos a escribir, a leer y decir esto: Todo mi amor está aquí. Esto para hacerle frente al odio y al olvido, para decir que este no es un acto de intolerancia, sino que es un acto de amor, a favor del amor y contra todo intento de pretender justificar la tortura , el asesinato y la desaparición", agregó.

Familias, personas mayores, jóvenes y niños se veían entre el público que a esa hora continuaba llegando a calle Matucana. Entre los presentes se encontraban el senador y ex candidato presidencial Alejandro Guillier, las diputadas Carmen Hertz (PC) y Maite Orsini (RD), el presidente del PPD Heraldo Muñoz y el ex ministro Máximo Pacheco, así como numerosos artistas y escritores. La gente portaba banderas, pancartas alusivas a las víctimas y el afiche de la actividad: un corazón rojo con la leyenda "Volver a pasar por el corazón".

"Este evento demuestra que hay mucha gente que entiende lo que es el museo de la memoria y los derechos humanos", decía Daniel Platovsky, miembro del directorio, quien subrayaba que el espacio está abierto a todos los ciudadanos, sin importar su color político.

"La inmensa mayoría de los chilenos entiende que el Museo de la Memoria es para honrar a los que cayeron como víctimas de la acción terrorista del Estado. Esto no es un museo histórico", señalaba a su vez Guillier, en respuesta a quienes, como el canciller Ampuero, creen que al relato del museo le falta contexto.

De cierta forma, la actividad adquiría también el perfil de una celebración: los artistas y activistas de derechos humanos le doblaron la mano al gobierno en este episodio.

Entre los protagonistas del show estaban músicos de todos los géneros, desde la cueca de 3x7 Veintiuna o el hip hop de De Kiruza a los dos Inti Illimani, Illapu, Fernando Milagros y Manuel García, Nano Stern, Anita Tijoux y Los Prisioneros con Claudio Narea y Miguel Tapia. Muchos de ellos no se reunían desde la última campaña presidencial.

Viejas batallas

En el público y en el escenario aparecieron otros temas, como el conflicto mapuche, la discusión sobre el aborto o la detención del ex frentista Jorge Mateluna.

Pero lo que primaba eminentemente era la reivindicación de la memoria y la exigencia de justicia. "Sin eso, va a ser imposible que este país sane las heridas", recalcaba Javiera Parada.

Con la bandera de los derechos humanos en el centro, el acto llevó a recordar incluso las luchas desplegadas hace más de 30 años. "Lo que se reúne aquí es el movimiento de derechos humanos y el movimiento de la cultura, y esta convergencia es muy poderosa, porque esta fue una de las claves que estuvo en la base de la derrota de la dictadura y el triunfo de la democracia. Y lo que ha sucedido ahora con este episodio es que esa convergencia se activó, ese es el gran mensaje que se quiere dar con este acto", dijo el director del museo, Francisco Estévez. "Nosotros vamos a defender los derechos humanos, vamos a enfrentar el negacionsimo", insistía.

Alrededor de las 18.00 horas, Raúl Zurita -autor del llamado contra Mauricio Rojas que acabó con su caída- subió al escenario acompañados de todos los invitados. Fue un momento de euforia. Luego acompañado de González y los Asistentes recitó en clave rock: "Todo mi amor está aquí y se ha quedado pegado a las rocas, al mar, a las montañas".

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