INCONTABLE es el número de libros publicados en los últimos tres años sobre los orígenes de la crisis financiera y sus responsables. Entre ellos, el economista Andrés Solimano recomienda uno publicado en 2010 acerca de la tendencia del capitalismo a nivel global a partir del shock reciente.

Se trata de The enigma of capital and the crises of capitalism (El enigma del capital y las crisis del capitalismo), del académico inglés David Harvey, profesor de antropología de la City University of New York y renombrado geógrafo.

"Este excelente libro analiza la última crisis global de 2007-2009 en EEUU, Europa y otras partes del mundo, desde una perspectiva de largo plazo", dice Solimano.

"Más que indagar en los detalles de la crisis, analiza la tendencia del sistema capitalista global de experimentar crisis económicas y financieras y estudiar cómo las resuelve", añade.

Para eso, Harvey explica que las crisis de 1848, 1929, 1973 y 2007-2009 han provocado cambios de época no sólo a nivel de políticas económicas, sino de formas de ver el mundo. "Su argumento principal es que el sistema económico y político se mueve, fundamentalmente, por necesidades del capital. Este es el factor dominante, más que los consumidores o los trabajadores, que el capital necesita y supedita. El capital es activo, busca utilidades en forma incesante y para eso debe circular a nivel nacional, regional y global, derribando obstáculos para expandirse y consolidarse. La globalización, la liberalización y la desregulación de mercados y las finanzas promovidas en los últimos 30 años se orientaron a facilitar la circulación del capital", explica.

Para Harvey, las crisis son inevitables, aunque costosas, para resolver problemas de exceso de inversión y sobreendeudamiento. "El capitalismo se reinventa incesantemente para superar las crisis que el sistema genera en la búsqueda de nuevos mercados, oportunidades y ganancias para el capital", destaca Solimano.

Así, el texto enfatiza que cada crisis sistémica ha buscado eliminar un obstáculo importante a la acumulación y circulación del capital. La depresión de los 30 evidenció una falta de demanda efectiva y surgió Keynes con una solución. La crisis de los 70 fue causada por un Estado grande, sobrerregulación y excesivo poder de los sindicatos. Vino la revolución neoliberal de Friedman y Hayek y el mundo desreguló mercados, redujo el Estado, marginalizó a los sindicatos y transformó los mercados financieros en actores con gran influencia y poder.

Desde esa óptica, "la crisis actual es producto de cómo se salió de la anterior crisis sistémica. El problema hoy no son el poder de los sindicatos, ni la excesiva regulación. Al contrario, la desregulación financiera y el excesivo poder del capital son una gran parte del problema, comenta Solimano.