Anclado en una lujosa mansión en las afueras de Londres ha pasado la última semana Julian Assange, el fundador de Wikileaks. En Ellingham Hall, Norfolk, en la residencia donde está desde que fue liberado bajo fianza, ha hecho todo menos descansar.
En los últimos ocho días, Assange ha dado entrevistas a las cadenas de noticias más importantes del mundo con varios objetivos en mente: defenderse de las acusaciones de abuso sexual que se le imputan en Suecia y por las que enfrenta una orden de extradición, rebatir las críticas por la filtración de los documentos del Departamento de Estado norteamericano y adelantar que vendrán nuevas revelaciones, esta vez apuntando a la banca norteamericana, los archivos de los prisioneros de Guantánamo y la relación entre EE.UU. e Israel.
Assange aseguró al conductor de Al Jazeera, David Frost -el mismo que realizó, en 1977, la primera entrevista al ex Presidente Richard Nixon tras dejar el poder en 1974-, que Wikileaks revelará unos 3.700 documentos relacionados con Israel. Los textos serían en su mayoría informes confidenciales enviados por la embajada estadounidense en Tel Aviv.
"Todavía estamos esperando publicar documentos sobre Israel, la gran mayoría de ellos no han sido publicados y son polémicos", declaró Assange, quien puntualizó que entre otros temas habría pruebas de la responsabilidad del Mossad -el servicio de inteligencia israelí- en la muerte de uno de los integrantes de Hamas, Mahmoud al Mabhouh, quien fue asesinado en un hotel de Dubái, en enero pasado.
El fundador de Wikileaks también aseguró que tenía información sobre la ofensiva que Israel lanzó contra Líbano, en 2006, para atacar a Hizbulá. El australiano de 39 años reconoció eso sí que por el volumen de datos existente, la organización no será capaz de procesarlos antes de cuatro meses.
Dos semanas atrás, en una conversación con la revista estadounidense Forbes, el editor ejecutivo de Wikileaks deslizó que la banca norteamericana sería otra de las "víctimas" de la organización. Según sus declaraciones, después de Año Nuevo filtraría los antecedentes que muestran que entidades financieras crearon instituciones que ofrecieron créditos hipotecarios a sectores con poca solvencia económica, a sabiendas de que esos grupos no podrían cumplir con sus obligaciones, problema que hizo estallar la crisis. Entre esas entidades estaría el Bank of America, uno de los más importantes de EE.UU.
Las afirmaciones de Assange provocaron la caída de las acciones de Bank of America, así como pánico entre los inversionistas. Sin embargo, en los últimos días las acciones de ese banco han ido al alza, alejando los temores sobre el impacto de las supuestas revelaciones.
Otro de los frentes en que Assange ha amenazado con la desclasificación de documentos es Guantánamo. A inicios de diciembre, cercanos al ex hacker dijeron a Reuters que "Julian tiene archivos personales de cada preso" acusado de terrorismo que permanece en la carcel de la base naval, en Cuba. Al respecto, varias fuentes del gobierno norteamericano consultadas por Reuters dijeron que el material en poder de Assange podría incluir las evaluaciones de inteligencia que se hicieron sobre la amenaza que representaban los detenidos de Guantánamo.
Reuters agregó además que una vez que se conozca la naturaleza de los documentos, incluso se podrían poner en riesgo las pretensiones del Presidente Barack Obama de cerrar la prisión en los próximos meses.
Asilo en Brasil
En tanto, en una entrevista telefónica concedida al diario brasileño Estado de Sao Paulo, el fundador de Wikileaks no descartó la posibilidad de asilarse en Brasil. "Sería óptimo recibir un ofrecimiento", dijo. Incluso, agregó que está evaluando instalar una sede de la organización en ese país.
Además, Assange calificó como "corajuda" la defensa que hizo el Presidente de Brasil Luiz Lula da Silva al trabajo de Wikileaks, cuando fue detenido en Reino Unido, y dijo que el país es "suficientemente grande como para ser independiente de EE.UU.".