Chofer condenado por tragedia del Cumbres lleva vida aislada

Ha pasado cerca de un año y medio desde la tragedia que enlutó al colegio Cumbres, cuando nueve alumnas de segundo medio fallecieron al volcarse el bus en el que viajaban. El lunes pasado, Leonel Contreras, el chofer del vehículo que protagonizó el accidente, fue condenado a dos años de presidio remitido y a la suspensión de un año de su licencia de conducir.

Ayer, el sacerdote John O'Reilly, capellán del colegio, señaló que "la autoridad ha hablado y tenemos que confiar en la justicia y respetarla". Agregó que "en el tema moral, Dios es misericordioso y es amor".

Según el sacerdote, "se va cerrando un capítulo que es muy difícil para los papás de las niñas que murieron y también para las niñas sobrevivientes... Esto será posible con la comprensión de Dios".

O'Reilly, quien se encuentra en Temuco, señaló que espera comunicarse pronto con Contreras, aunque subraya que "nunca hemos perdido el contacto, incluso hablamos para Año Nuevo".

La vida del chofer hoy

Contreras se separó de su mujer hace un año, después de 16 de matrimonio, y desde esa fecha se fue a vivir con sus padres y una de sus hermanas. De ahí no sale más que para ir al médico o para visitar a amigos o familiares. El lunes debió viajar a Arica, donde se realizó el juicio abreviado en el cual fue sentenciado.

Según cuentan sus cercanos, el chofer duerme cuatro o cinco horas diarias y la mayoría de sus comunicaciones con el exterior se dan a través de Facebook o por chat.

Desde el accidente, el 29 de agosto del 2008, Contreras tiene una licencia médica, que se ha extendido cada vez que va al siquiatra, lo que ocurre una vez al mes. También continúa con el tratamiento sicológico, el que realiza cada 10 días y para el cual tiene que trasladarse desde Maipú hasta Santiago.

Contreras ha bajado cerca de 15 kilos y fuma una cajetilla de cigarros al día. Sus cercanos dicen que no ha perdido el contacto con las alumnas sobrevivientes del accidente. En septiembre del año pasado se reunió con ellas y con el padre O'Reilly, en recuerdo de un año de la tragedia.