Con GPS submarino mapean biodiversidad antártica

<P>Científicos chilenos inventaron sistema de geolocalización para seguir la evolución de la biodiversidad del continente blanco.</P>




El desconocido fondo marino de la isla Rey Jorge, en el archipiélago Shetland del Sur, de la Antártica chilena, esconde una gran biodiversidad de flora y fauna que un equipo de científicos de la Universidad Austral están estudiando, catastrando y localizando gracias a un novedoso sistema de posicionamiento global (GPS) submarino, diseñado por los mismos investigadores.

La tecnología ha sido vital para la investigación que partió en 2010 y que a la fecha ha logrado recolectar más de 200 muestras de especies y descubrir dos. En esta segunda etapa -que se extenderá hasta el próximo 24 de febrero- esperan sumar 300 a 400 especies más a su registro que contempla esponjas, corales, sanguijuelas marinas, babosas y moluscos, entre otros.

El GPS submarino permite a los científicos añadir información de la posición geográfica a fotografías y videos, entregando datos más exactos del lugar y coordenadas en las que se ubican diversas especies, como octocorales, esponjas, erizos y lirios de mar. Un dato crucial, porque ha permitido a los expertos volver al mismo lugar un año después y hacer seguimiento de esas poblaciones. Además de documentar las rutas estudiadas para futuras investigaciones. "Si alguien quiere medir un cambio en la fauna antártica en 10 ó 30 años más le será fácil, porque simplemente tendrá que programar el GPS y bucear la misma ruta que nosotros hemos hecho", dice a La Tercera, Dirk Schories, investigador principal del estudio, quien explica que antes que inventaran este GPS submarino, los buzos debían usan brújulas y cuerdas para saber su ubicación, pero no tenían forma de guardar sus rutas.

Hallazgos

La segunda etapa de este estudio -en el que también participan los tesistas Ignacio Garrido y Thomas Heran- los científicos esperan que las 80 inmersiones que están contempladas en la expedición les permitan recolectar muestras de unas 400 nuevas especies, las que se sumarían a las 250 del año pasado, las cuales aún se encuentran bajo análisis taxonómico para su clasificación.

Tres años de trabajo

Para lograr estos descubrimientos el grupo utiliza cámaras fotográficas y de video que deja durante algunas horas sumergidas y que luego retira con la ayuda del sistema de geolocalización. "Hemos estudiado especies muy poco comunes como un raro tipo de medusa que se encuentran sobre algas marinas de 25 metros, una especie de sanguijuela que se ubica debajo de las rocas, babosas de mar, moluscos, esponjas que pueden llegar a medir más de un metro; y corales que se ubican entre los 30 y 40 metros de profundidad ", detalla Schories.

La investigación pretende extenderse hasta 2012 al final del cual los científicos pretenden publicar un libro con la flora del océano del sur austral de Chile, que tenga por un lado un fin científico y que a su vez contenga un valor para los turistas que visiten la Región de Magallanes y puedan así interesarse por la diversidad de especies que viven bajo el mar.

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