El 18 de octubre de 2007 un grupo compuesto por tres ex lautaristas, un ex mirista y un delincuente común desató un infierno de balas en el centro de Santiago tras asaltar una sucursal del banco Security en calle Miraflores y matar al cabo de Carabineros Luis Moyano Farías, quien salió al paso de dos de ellos mientras huían.
Más de 10 informes conocidos por La Tercera revelan que tras el crimen del policía se desarrollaba una intrincada trama de seguimientos, escuchas telefónicas y monitoreo de grupos antisistema que involucraba a los servicios de inteligencia de ambas policías y que comprueba que, a lo menos, uno de los implicados en el asalto en el que murió el policía era seguido de cerca e investigado por agentes de Carabineros pocos días antes del homicidio.
Dipolcar
Uno de los reportes fue elaborado por la Dirección Nacional de Inteligencia Policial de Carabineros, Dipolcar.
Es el informe semanal N° 5 enviado al fiscal Francisco Jacir, en ese entonces a cargo de la causa, en el marco de la investigación del caso bombas está firmado por el comandante Eric Gajardo Vistoso, actual jefe del Departamento de Investigación de Organizaciones Criminales OS-9 de Carabineros.
En ese entonces Gajardo dirigía el equipo de Dipolcar que pesquisaba los bombazos. El oficial declinó ayer comentar el tema con La Tercera.
A esas alturas el círculo de sospechosos de los atentados explosivos se restringía a cinco personas. Entre ellos el ex lautarista Marcelo Villarroel Sepúlveda (38), uno de los autores del atraco en el que fue asesinado Moyano.
Uno de los reportes data del 11 de septiembre de 2007, un mes antes del asalto al banco Security.
En él se registra que "Marcelo Villarroel Sepúlveda fue localizado en la ciudad de Valparaíso. Actualmente se prosiguen con las vigilancias a fin de conocer su rutina y contactos".
Además de Villarroel, los agentes de Dipolcar al mando del comandante Gajardo seguían de cerca a los ex lautaristas Pablo Morales Fuhrimann y Rodolfo Retamales Leiva, actualmente imputados como los cerebros de los atentados.
Eso no era todo. Además de los seguimientos a Villarroel en Valparaíso, la fiscalía había desplegado una serie de diligencias para investigarlo, junto a otros sospechosos.
Sólo nueve días antes del homicidio de Moyano se habían solicitado todos los antecedentes del ex lautarista -y otros 19 sospechosos- al Conservador de Bienes Raíces de Santiago (oficio secreto FJM-292-2007), a Fonasa (oficio secreto FJM-293), al INP (oficio secreto 294), al BancoEstado (oficio 285), al Servicio de Impuestos Internos (oficio 298), a la Superintendencia de AFP (oficio 296), y a empresas telefónicas (oficios secretos 215 y siguientes).
Incluso se pidió información del ex subversivo a la Unidad de Análisis Financiero, UAF. La mayoría de las respuestas a estos oficios llegaron a la fiscalía días después de la muerte del cabo Moyano, cuando ya Villarroel se encontraba fuera del alcance de la justicia.
"No se duerman"
Al día siguiente del crimen del policía , el general director de Carabineros, Alejandro Bernales, envió el siguiente mensaje a los autores: "No se duerman, los vamos a encontrar". En marzo de 2008 Villarroel fue detenido en San Martín de Los Andes, Argentina .