Iquique es otra ciudad del Norte Grande donde han llegado en busca de mejores expectativas de vida.
A partir de 2008 comenzó a arribar a Tarapacá un número importante de ciudadanos colombianos que solicitaban refugio en Chile, aduciendo que huían de la acción del terrorismo.
De acuerdo con el gobernador provincial de Iquique, Felipe Rojas, hasta 2009 ingresaron los últimos colombianos bajo ese argumento: "Las condiciones y antecedentes que presentaban no eran suficientes para sustentar el refugio".
El 2010, los colombianos que desembarcaron en la región lo hicieron con visas de turistas y han regularizado su permanencia en la ciudad, a través de la obtención de contratos de trabajo. Según cifras de la gobernación, son aproximadamente 400 en Iquique.
"La mayoría de ellos ve acá la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida, pero se encuentran con una realidad distinta y muchas veces sufren estigmatización por su color de piel", afirma el gobernador.
La mayoría se desempeña en el comercio, la construcción y en diversos locales nocturnos. También existe un segmento profesional compuesto por médicos, profesores y fonoaudiólogos.