Joe Blaney, productor del nuevo álbum de Los Tres: "Este es el mejor disco desde Fome"

<P>El hombre que ha colaborado con la banda desde el disco <I>Unplugged</I> habla de <I>Coliumo,</I> el nuevo trabajo que se lanza el martes próximo. </P>




Joe Blaney llega hasta un café en Williamsburg con una camiseta algo roída de The Ramones, una de las bandas con las que ha trabajado. El ingeniero de sonido de Combat rock, de los Clash; de Love sexy, de Prince; y de License to ill, de los Beastie Boys, entre otros, camina con algo de desgarbo con su melena blanca. Según Alvaro Henríquez, "él es una leyenda". Y es, también, el productor de Coliumo, el último disco de Los Tres, que sale el martes próximo a la venta.

El café está a pasos del estudio de grabación donde horas más tarde Henríquez llegará en buzo y zapatillas a escuchar el tema El hocicón, que ambos mezclaron la noche anterior. Y Blaney se sentará frente a la misma mezcladora que usó Paul McCartney en los 70 mientras con Henríquez discuten si las guitarra, melancólicas que recuerdan a Violeta Parra, y luego se vuelven más rockeras funcionan bien en el regreso de Los Tres con un álbum de estudio.

Para este disco no contaron con mucho tiempo. Diez días en el estudio y luego él y Henríquez se quedaron mezclando otros 10 días. "No hemos trabajado en la forma en que solíamos hacerlo, ha sido muy intenso. Cambiaron de un sello grande como Sony a uno más pequeño; hay menos dinero y más canciones", resume Blaney sobre el nuevo trabajo con la banda. Una relación laboral que partió en 1995, cuando Sony lo llamó para mezclar el disco Unplugged, de Los Tres. "Fue muy divertido, porque me llamaron tres o cuatro días antes; la primera vez que los escuché fue en el ensayo, el día previo al show", recuerda el productor.

Coliumo es el segundo disco en que Blaney trabaja con la formación de Los Tres sin el baterista Francisco Molina. Con ellos estuvo tras Fome -antes de la ruptura- y La sangre en el cuerpo. "Fue complicado hacer esos discos, había mucha tensión entre ellos, pero los tres integrantes originales son grandes músicos -dice al respecto-. Siento que esta es la primera vez que la energía de la banda es tan buena como cuando los conocí. En el disco Unplugged y en Fome estaban muy abiertos y positivos, pero en La sangre en el cuerpo el ánimo era más oscuro", reconoce.

Cuando Los Tres volvieron a reunirse, incorporando a un nuevo baterista, grabaron su primer disco con él, Hágalo usted mismo. "Soy un poco mañoso con los bateristas, en el sentido de que la mayoría de los grandes discos tienen una batería potente, y como Manuel (Basualto) es nuevo en la banda, en dos o tres canciones contratamos a un baterista amigo mío, Jerry Marotta, que tocó por muchos años con Peter Gabriel. Es uno de los mejores del mundo. No se trata sólo de la manera de tocar, sino de cómo crea conceptos y lleva los temas al mayor nivel posible. Fue mi idea contratarlo. Por ejemplo, el single en el nuevo disco, la canción Shusha, es una muy buena canción, pero la estaban tocando un poco plana; el baterista sugirió que en la sección central él tocara a doble compás. No puedes reemplazar esa experiencia, es casi visceral. Viene de adentro. El le dio más energía a un par de canciones".

Blaney trabajó en otro disco unplugged de un nombre importante, pero del otro lado de la Cordillera: Charly García, con quien venía colaborando desde los años 80. El rockero argentino había vivido unos meses en Nueva York y llegó hasta la productora en Greenwich Village, donde Blaney trabajaba. Le dijeron que él había hecho el primer disco de The Clash y que tal vez era el hombre adecuado para grabar un hito del rock latino: Clics modernos.

Fue así cómo comenzaron a trabajar juntos hasta mediados de los 90. Pero el carácter reposado y afable de Blaney no pudo con la imprevisible personalidad de Charly García. "Tiene problemas personales, alcohol, drogas. Muchos músicos tienen este tipo de problemas por las presiones, pero creo que en el caso de Charly es una falta total de control", dice de quien considera su amigo.

Sin repetirse

Sobre el trabajo que acaba de hacer con Los Tres, no tiene dudas: "Este es el mejor disco desde Fome. Hay pocos grupos que después de 25 años pueden hacer algo nuevo, sin repetirse, como el caso de Calamaro e incluso Prince, que empujan y empujan por seguir produciendo, pero igual se repiten".

Se dice de Blaney que tiene la virtud de entender qué es lo que la banda quiere y hacerlo posible. Quizás por lo mismo, el entendimiento con los músicos es primordial. Por eso hizo ocho discos con Charly García y se cansó. Con Andrés Calamaro también trabajó por años y se "aburrió", pero los motivos fueron distintos. Le incomodó, dice, que el artista argentino "se volvió comercial".

¿Y cuál ha sido su mejor trabajo? El responde que la mezcla del primer álbum de The Clash. "La forma en que trabajaban, la química, es algo que no he visto mucho. Hacían las canciones casi en forma espontánea, hay pocos artistas que crean tan libremente. Pienso que son la mejor banda de todos los tiempos", dice convencido. Sin esconder el orgullo de haber iniciado con ellos su carrera como productor independiente. Su carta de presentación para él, que ya viene de vuelta.

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