Por calidad y mérito, la obra del fotógrafo Marcos Chamudes (1907-1989) podría compararse con la de Sergio Larraín. Entre los años 40 y 50, Chamudes trabajó como gráfico para las Naciones Unidas, se enroló en el Ejército de EE.UU., registró el fin de la II Guerra Mundial, fue corresponsal de la Agencia Magnum y su obra se expuso en el MoMa de Nueva York. Sin embargo, el talento del chileno Marcos Chamudes, a diferencia del de Larraín, quedó enterrado en la historia de la fotografía chilena del siglo XX.

La razón de este olvido podría encontrarse en los días previos a su viaje a EE.UU. en 1947, donde estudió fotografía. Diez años antes, figuraba como miembro del Partido Comunista, era orador estrella y diputado por Limache, durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda. Hasta que en 1940 fue expulsado del partido. En el diario El Siglo, el parlamentario de 33 años fue descrito como "un sujeto corrompido y depravado... un individuo que ha venido a nuestro partido enviado por nuestros enemigos". La historia dice que Chamudes era un asiduo jugador en el Casino de Viña del Mar y que esa conducta habría sido considerada inadecuada por miembros del PC. Otros fueron más allá: habría sido agente encubierto de EE.UU.

"Nunca entendió por qué lo echaron. Sufrió una gran depresión y se fue del país", dice el escritor Luis Rivano, quien fue amigo de Chamudes y quien hoy tiene un acervo con cerca de 100 imágenes inéditas del fotógrafo.

Además, en 1989 Rivano le sugirió a una sobrina de la viuda de Chamudes, la escritora Marta Vergara, que donara el resto de su colección al Museo Histórico Nacional. Tras 24 años, la institución exhibe por primera vez algunas fotos, en una muestra abierta hasta julio.

De comunista a radical

Tras registrar el fin de la Alemania nazi, Chamudes, de origen judío, se queda en Europa retratando intelectuales. Fotografía a Jean Miró, a Paul Eluard, a Picasso y Pablo Neruda. En esos años el poeta estaba clandestino en París, fugitivo del gobierno del radical Gabriel González Videla, quien en Chile persiguió a los comunistas. "¿Por qué Neruda permitió que un traidor le tomara foto?", se pregunta Rivano. "Esas fotos prueban que toda la acusación contra Chamudes era falsa". Neruda le habría ofrecido al fotógrafo volver al partido, pero este se negó. Fue el fin de las relaciones.

En 1950, Chamudes volvió a Chile. Retrató a los niños de Fundación Mi Casa, las nuevas industrias que nacían en Paipote, Huachipato y Lota, y realizó una serie sobre el leprosario en Isla de Pascua. Poco después volvió a sus pasiones: la política y el periodismo. "Se hizo radical y director del diario La Nación, lo que para los comunistas era peor que el demonio", asegura Rivano. Fundó el semanario PEC, de tendencia anticomunista y acusado de contar con financiamiento de la CIA. "El PC tenía tal influencia, que marcó a Chamudes como un maldito", asegura Rivano.

En cualquier caso, para esos años Chamudes había dejado la fotografía. "La gente lo conoció más como polemista que como fotógrafo. Queremos subsanar eso. A pesar de ser muy dramáticas, lograba imágenes muy afables. Tenemos más de tres mil negativos, muchos inéditos que hay que rescatar", dice Diego Matte, director del Museo Histórico y curador de la muestra.