Lámparas de lágrimas de cristal, muebles afrancesados y elegantes vestidos por todos lados. Ingresar al living de la casa-taller del diseñador José Cardoch es como entrar en un cuento de hadas. Por ahí pasaron la ex primera dama Hortensia Bussi, Lucía Hiriart de Pinochet y Raquel Argandoña, mujeres a las que el diseñador vistió más de alguna vez.

Afuera, el paisaje es muy diferente. Al mediodía, la calle Suecia parece un pueblo fantasma y sólo transita un par de personas. Lo que más abundan son los bares abandonados y deteriorados. Cardoch llegó a vivir al sector hace 38 años, cuando era completamente residencial. Desde su taller ha sido testigo de cada una de las transformaciones que el barrio ha tenido desde entonces.

Vio cómo, en la segunda mitad de los 70, en las calles Suecia y General Holley se instalaron las tiendas de los diseñadores Atilio Andreoli y Rubén Campos, la Joyería Karmy, la boutique Irfé y la galería Praxis. "Llegaron tiendas de muebles y decoración muy finas. En los 80 era como un centro comercial de lujo", recuerda. También fue testigo de cómo, a fines de esa década, aparecieron los primeros locales nocturnos y las tiendas comenzaron a emigrar a Alonso de Córdova. "De un día para otro, el barrio se inundó de pubs. Al principio eran buenos lugares, venían profesionales y adultos jóvenes. Pero después el público era lumpen. La noche era espantosa, mi casa se remecía entera de ruido, las peleas eran pan de cada día. Los 90 en este sector fueron 10 años de horror", asegura.

Pese a todo, el diseñador nunca quiso irse. Ahora mira con buenos ojos la última transformación del barrio Suecia: la desaparición paulatina de los locales nocturnos y la llegada de varios proyectos de oficinas de alto estándar. En Suecia, General Holley, Nueva de Lyon y Bucarest ya se empiezan a ver las demoliciones, excavaciones y grúas que le cambiarán la cara al sector. En estas calles, la Municipalidad de Providencia contabiliza, al menos, cinco proyectos que están en diferentes etapas. "Va camino a consolidarse como un polo de oficinas", afirma el gerente general de la consultora Colliers, Jaime Araya.

El punto de inflexión se produjo hace cuatro años. Cansado de la prostitución, la delincuencia y los escándalos que abundaban en Suecia, el municipio comenzó a generar condiciones para reconvertir el barrio. El plan regulador de 2007 permitió la construcción en altura libre en la zona de Andrés Bello. Además, se dejaron de entregar y renovar las patentes de alcohol, las que bajaron casi 30% en los últimos tres años.

Aunque aún queda vida nocturna, la mayoría de los bares cerró. Durante el día, General Holley está desierto. A veces se siente un fuerte olor, que viene de la basura acumulada afuera de los bares abandonados.

Pero su transformación avanza a tranco firme. Muchos de estos locales se vendieron a inmobiliarias que levantarán nuevos edificios de oficinas. "Los que no vendieron se están preparando para abrir locales de mejor nivel. Y los terrenos han subido su valor en 15%", asegura el empresario Gastón Fuenzalida, dueño de la inmobiliaria Ad-Portas, y que está construyendo un proyecto de oficinas en Suecia con General Holley.

José Cardoch es uno de los que no ha querido vender: "Cinco inmobiliarias me han ofrecido comprar mi casa. También están presionando a las otras propiedades que están en la cuadra. Algunas quieren hacer oficinas, otras un hotel".

La conectividad que tiene Suecia -al lado del Metro y autopistas-, su cercanía con Costanera Center y la inmejorable cantidad de servicios que existe en Av. Providencia son los anzuelos que están atrayendo a los inmobiliarios.

La mayoría de los proyectos que se levantan son de oficinas que se conocen como clase B+, que tienen altos estándares de diseño y construcción, pero que son de pequeño formato. No superan los 15 pisos y sus plantas libres promedian 500 m2. "Los edificios son de una escala que mantiene el atractivo del barrio y no lo satura", explica el urbanista Luis Eduardo Bresciani.

El inmueble que construye Ad-Portas en Suecia ya vendió la mitad de sus espacios a una compañía de alimentos. Exitosos empresarios emergentes también están mirando estas oficinas. "Son atractivas para los emprendedores medios, que son quienes revitalizarán este sector", señala el alcalde Cristián Labbé.

Cuando comience la inauguración de estos proyectos, desde el próximo año, los nuevos oficinistas de Suecia demandarán servicios gastronómicos de buen nivel. Aunque en Nueva de Lyon ya existen lugares como el Rivoli y Baco y Le Bistrot, es una apuesta segura la instalación de nuevos restaurantes en la zona, sobre todo en la de General Holley. "Es un lugar extraordinario y se convertirá en el bulevar gastronómico más importante de Providencia", sostiene Fuenzalida. "Será tan atractivo como Isidora Goyenechea en El Golf", agrega Bresciani.

Hasta 2009, en una de las afamadas esquinas del barrio, funcionó el Brannigan's, que era uno de los más glamorosos en su tiempo. "Era el lugar perfecto para llevar a los extranjeros", recuerda el presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía, Fernando de la Fuente. Hoy, el local está en arriendo y se lo disputan dos importantes actores de la industria, aunque los corredores del inmueble prefieren no revelar nombres.

Vicente Domínguez, director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, señala que, junto a estos proyectos, la infraestructura pública del barrio cambiará. Aunque el municipio no tiene iniciativas concretas, son los mismos proyectos de oficinas los que están haciendo inversiones en el entorno.

Dos de los nuevos inmuebles que tendrá Suecia fueron diseñados por el arquitecto Cristián Boza. Están uno al lado del otro en esa calle y el espacio que quedará entre ambos será un paseo abierto que, además, se conectará con General Holley. "Estos pasajes abiertos son muy típicos de Providencia y generan un tránsito peatonal interior que hace la ciudad más amable", explica Vicente Domínguez. "Además, las veredas tendrán hasta siete metros y financiaremos todas las luminarias exteriores y los hermoseamientos de las calzadas", remata el empresario Gastón Fuenzalida.